Querida Anita:
Te seguí al hospital. Pero no entré, no quería que me vieras.
Estabas triste. Tus ojos estaban hinchados de tanto llorar.
¿Quien te hizo tanto mal? Estaba furioso.
Un auto paró en frente del hospital, y bajó una familia. La hija, quizás de tu edad, un poco mas alta que vos y de pelo corto, se acerco y te saludó.
Pesé a tu tristeza, sonreíste. Ella te abrazó y empezaste a llorar. Ella intentaba calmarte.
Yo tendría que estar ahí consolándote, no ella.
Me enojé por eso.
Yo.
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Cartas de un acosador.
RandomCortas cartas de un acosador. Nada mas que decir. Historia corta. Historia principal. Pequeña trama.