Vigésima carta.

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Querida Anita:

Ese sueño me conmociono tanto que decidí salir del hotel para ir a buscarte u hacerlo realidad.

Pero no pude salir. La gente del servicio no me dejó.

Al parecer, estaban obsesionados con la idea de que si el cliente pagó para hospedarse aquí, debería quedarse todo el tiempo allí.

Saldré de este hotel y te iré a buscar.

Sea como sea.

Con cariño.

Yo.

Cartas de un acosador.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora