Capítulo 2. Replied.

544 25 0
                                    

[Dear Slim, I wrote you but you still ain't calling
I left my cell, my pager, and my home phone at the bottom
I sent two letters back in autumn, you must not-a got 'em
There probably was a problem at the post office or something
Sometimes I scribble addresses too sloppy when I jot 'em
but anyways; fuck it, what's been up? Man how's your daughter?
My girlfriend's pregnant too, I'm bout to be a father
If I have a daughter, guess what I'ma call her?
I'ma name her Bonnie
I read about your Uncle Ronnie too, I'm sorry
I had a friend kill himself over some bitch who didn't want him
I know you probably hear this everyday, but I'm your biggest fan
I even got the underground shit that you did with Skam
I got a room full of your posters and your pictures man
I like the shit you did with Rawkus too, that shit was fat
Anyways, I hope you get this man, hit me back
just to chat, truly yours, your biggest fan
This is Stan]

Hace más de un mes había escrito dos cartas más, eran para él. Las había enviado con la dirección de su casa escritas al reverso de estas. Añadí mi nombre, mi número y dirección también, esto en caso de que por alguna razón deseara hablar conmigo alguna vez.

Mi hermano había olvidado el asunto del autógrafo al parecer, el rencor no existía en su corazón a diferencia del mío. Él continuó con la esperanza de poder conocer a Marshall algún día, mientras yo esperaba mi carta de respuesta con ansias.

Me pasaba las tardes al lado de la puerta esperando a que el cartero llegara con mi preciada respuesta. Pero así como las letras de sus canciones pasaban por mi cerebro, los días pasaban en el calendario.

El desespero empezó a consumirme, jamas le conté a mi hermano ni a mi novia sobre las cartas que le había escrito. Ellos nunca entenderían por qué esperaba una simple respuesta, tal vez ni siquiera comprendían por qué con sus canciones me movía el corazón y me hacía olvidar los problemas.

Luego de meses empecé mi nueva carta, tal vez la oficina de correos había tenido algún inconveniente para enviarlas. Tal vez el aún no las leía y probablemente la tendría sobre su velador junto a su cama desordenada bajo una taza de café.

Volví a enviarla y escribí la dirección cincuenta veces para asegurarme de que estaba bien escrita. Revisé mis notas que contenían su información, la dirección estaba bien escrita.

Volví a la rutina de esperar mi respuesta sentado en el sofa junto a la puerta, parecían días eternos bajo el frío que me cortaba la circulación.

Ahora en vez de estar enamorado de Marshall, parecía enamorado del cartero que jamás llegaba a la misma hora.

Stan.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora