Juego de nombres

Capítulo 4.

Al día siguiente me vinieron a recoger para ir a la capital. Allí estaríamos durante unos días entrenando y por último nos hecharian a la arena para combatir. Fuimos en tren e íbamos todos los concursantes. No me podía sacar de la cabeza quién habría acordado con el hombre que me vino a visitar ayer. Como alguien se enterara de lo que habían hecho...

Una vez dentro del tren nos dividieron por vagones y en habitaciones individuales. A mi me tocó por suerte en el mismo bagon que Williams. Pero no que James.

Después de preparar las habitaciones nos dirigimos al bagon comedor y nos pusimos a comer. Teníamos que estar fuertes para los juegos e igual que todos los los demás concursantes fuimos allí.

Una vez allí nos reunimos con James en una mesa y nos pusimos a hablar.

-¿Estáis nerviosos?- preguntó Williams.
-Un poco la verdad...- dije pensando en otras cosas.
-No te preocupes, Jack. Juntos lo conseguiremos- dijo James mientras hacía que sacaba musculo. Lo cual nos hizo reír.

En ese momento se oyó una cuarta voz decir:

-Siento molestar, pero... ¿puedo sentarme con vosotros?- era Alise que se puso roja como un tomate nada más lo preguntó.
-Sí claro. ¿Cómo te llamas?- preguntó James con dobles intenciones. Se le notaba mucho y me dieron ganas de pelearme. No podía crerme que me pusiera celoso si fui yo quien la rechazo. Aunque no le culpo porque en realidad es muy guapa.
-Me llamo Alise.
-Yo James. Encantado.

Y a continuación ella se sentó a mi lado y me dijo al oído para que nadie lo oyera:

-Me alegro de que al final no lo hayas hecho. Si no...- y entonces de separó de mi sin acabar la frase- ¿De qué estabais hablando?
-Estábamos hablando de que nos hemos unido para participar juntos en los juegos.
-Oh...
-¿Tú vas a ir con las otras dos chicas?-dijo señalando a las otras dos chicas que participaban. En total etan solo ellas tres.
-Eh... No. Me parecen muy superficiales. No me caen bien.
-Me caes bien- dijo Williams mientras se reía- ¿quieres venir con nosotros?
-Me... Me... Encantaría. Pero claro si vosotros queréis.
-Pues claro- dijo James.
-¿A ti que te parece, Jack ?- preguntó ella de forma timida.
-¿Ya os conocíais?- preguntó James mirandome de reojo.
-Sí- dijo Alise toda alegre- vamos en la misma clase.

En ese momento me alegró mucho de aue no hubiera dicho nada más. Mo quería que los chicos pensaran que era un miedicas por haberlo intentado. Y si me llegaran a hechar de su equipo. Yo...

Durante toda la comida James y Alise no pararon de reírse y hacer chistes. Yo no dije casi palabra.

Cuando acabamos de comer nos dirigimos a nuestros cuartos. Iba a tumbarme en cama para descansar un poco antes de llegar a la capital cuando oí unos golpes en la puerta.

-Adelante- dije. Y entonces vi como Alise abría la puerta de mi dormitorio y entraba.
-Hola.
-Hola. ¿Querías algo?
-Sólo venía a decirte que me alegro de que estés bien y darte las gracias por no rechazarme.
-No pasa nada. Además si tu no hubieras llegado yo ahora estaría muerto.
-No es nada. Por cierto tengo una última pregunta para ti.
-¿Cuál?- dije con curiosidad.
-¿Aceptaste?
-¿Aceptar qué?
-No te hagas. Al trato de los de North Sydney.
-No- y se hizo el silencio. Al final cuando me acabé de recuperar de la sorpresa le dije- ¿y tú?
-No. Ya veo que no has perdido del todo la esperanza.
-Ahora que vamos a participar juntos puede que lo consigamos. Además a mis padres no les hubiera gustado nada que aceptara.
-Me alegro. Aguantaremos hasta el final. ¿Verdad?- dijo toda ilusionada. Sus ojos brillaban bajo la luz del sol que entraba por la ventana.
-Supongo- dije no muy convencido.
-Bueno yo ya me voy. Sólo vine para darte las gracias.

Y salió por la puerta como si nada de esto hubiera pasado. Como si todo lo que había pasado aquí dentro hubiera sido enterrado por un montón de tierra. Eso sí. Antes de que se fuera se giró y me dedicó una de sus sonrisas.

Por la noche me fui al bagon comedor y cené todo lo que pude con mis amigos. Cuando volví a mi habitación encontré encima de mi casa un paquete anónimo con una nota.

Espero que nunca pierdas la esperanza.
X.

Abrí el envoltorio del regalo muy despacio y me quedé asombrado cuando vi lo que tenía dentro. Dentro del paquete perfectamente envuelto en un paño había un cuchillo de plata para cazar perfectamente afilado.