CAPÍTULO 10

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Si creéis, que la forma en la que Harry, le pidió a Hazel, ser su novia, fue bonita, esperad a que os cuente, como fue su primera cita.

Al día siguiente, por la tarde noche, Harry tocó la puerta de Hazel, cuando este le abrió, él, la esperaba vestido con traje, estaba precioso, era como percibir una pequeña parte, de la entrada al cielo, Hazel, asombrada, y boquiabierta, por semejante, obra de arte, sonrío como idiota sin saber que decir.

-¿Le gustaría a la Señorita Rosh, pasar la noche con este chico enloquecedor?

-Claro, me encantaría, dame un segundo.

Hazel, subió a su habitación y bajo vestida como una autentica princesa, llevaba un vestido que la quedaba por encima de las rodillas, era de palabra de honor, haciendo corsé, hasta la cintura, donde te topabas con el enorme y precioso vuelo de ese vestido rojo de gasa, unos preciosos tacones rojos estilizaban sus delgadas piernas, Harry al verla solo pudo decir...

-Dios cariño, eres, estas, dios me has dejado sin palabras, estas preciosa, eres esa hermosa princesa que todo caballero desea tener.

-Muchas gracias.-Sonríe tierna.

Hazel, toma la mano de Harry, este la venda los ojos.

-¿A dónde me llevas?

-Es una sorpresa, no seas impaciente, cuando lleguemos, lo veras.

Al rato, llegan a un lago precioso, donde Harry, había colocado a pocos metros de la orilla una mesa, rodeada de pétalos de rosa y velas, en la cual iban a cenar, un camino de pétalos y velas conducía a aquella hermosa mesa, desde la cual, podías ver la luna reflejada en el lago, sentir la brisa del viento soplando suavemente en tu cara y apreciar las estrellas, Harry, como buen caballero, la ayudó a tomar asiento. Hazel, lo miraba todo sorprendida, con los ojos vidriosos a punto de dejar que pequeñas lágrimas de emoción, recorrieran sus mejillas.

-Harry esto es precioso.-Se seca una lágrima que cae.

-Esto pequeña, no es ni la mitad de precioso que tú ¿Ves lo grande que es este lago verdad? Pues las dimensiones de este lago, no son ni la cuarta parte de lo que siento por ti.

-No digas bobadas anda.

-No son bobadas, bueno si, ya que ni una cuarta parte del universo se asemeja a lo que siento por ti, mi corazón, cuando estoy a tu lado, es como escuchar a un Ferrari en marcha, el corazón me va a mil, el tiempo se para, se congela, y quiero decirte algo.

-Dime cielo.-Dijo tímida.

-Puede parecerte precipitado, pero bueno, yo voy a intentarlo, en menos de una semana, acaban las clases, parece raro ya que hace nada fue la fiesta de primavera, y sinceramente, no sé porque le ponen ese nombre, si se hace a principio de verano, pero a lo que iba, esto va a sonar cursi que te cagas, pero me da igual.

Hazel lo miro atenta y dulce.

-Hazel, te amo, me gusta todo de ti, me da igual lo que los demás piensen, crean, o comente, me da igual si estas más o menos buena, me da igual que seas más o menos gorda, me da igual que seas más o menos lista, eres perfecta para mí, me encantas, lo tienes todo, eres preciosa, eres una chica maravillosa, y me encantaría que cuando acabaran las clases, y nos dieran las notas, te vengas conmigo y mi madre a nuestra casa de la playa, quiero que conozcas al resto de mi familia, quiero que conozcan a la chica que de verdad amo, a la chica con la que quiero estar el resto de mi vida, a la que me saca sonrisas de verdad, a la que me hizo abrir los ojos y darme cuenta, de que todos los que me rodeaban, nos eran más que falsos sin corazón, que me dices pequeña, ¿Aceptas?

-Dios... sí, claro, claro que acepto. Dios cielo, eres maravilloso de verdad, no sé cómo expresar esto, es que dios mío, eres el mejor de verdad, le doy gracias a dios y a todo lo que haga falta por acercarte a mí, ningún chico, me había tratado nunca así, eres simplemente perfecto.

-No soy perfecto, solo quise darte, y te di, lo que mereces, tal vez, fue poco, porque, tú, te mereces mucho más, que una simple cena, en un lugar bonito, pero tranquila, que cuando me entere, de cómo poder, regalarte la luna, lo haré.

La noche fue simplemente perfecta, después de cenar, se tumbaron en el césped, y acurrucaditos y mimosos, se besaron viendo las estrellas.

I am invisible to youDonde viven las historias. Descúbrelo ahora