Capítulo 3

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Capítulo 3

Me senté en la mesa mientras que enfrente de mí había un plato de ensalada de tomate y lechuga. Y apareció en mis labios una sonrisa.

-Espero que te guste- Me dijo Gale con una esplendida sonrisa, mientras que se sentó al lado mío para comer el mismo plato.

-Está rico- Le dije, mientras que agarré con el tenedor una parte de tomate y me lo ponía en mi boca.

-Toma- Me dijo mientras que tenía su tenedor enfrente de mí mientras que agarraba una parte de la lechuga, yo me acerqué en aquel y lo atrape con mis dientes. Yo le mostré mi pulgar, que está bien y él sonrío. Cuando terminamos de almorzar, levanté la mesa y rápido lave los platos y los cubiertos, mientras que el castaño los secaba y los guardaba cada cual en su lugar.- ¿Qué es lo que podemos hacer?- Me preguntó.

-Podríamos ir a recolectar frutas o flores- Le contesté con una sonrisa.

-Me encanta tu sonrisa- Me contestó y yo sonreí tímidamente.

-Y a mí me encanta cuando estás callado- Le dije tratando de ser seria pero no podía y me reí. Agarre dos canastas, le di una a él y con la otra me lo quedé yo. Salimos de la casa, mientras que lo cerré con seguro.

-¿Vamos?- Me preguntó, mientras que estiró su mano para que lo agarrara, mientras que di tantas vueltas, acepte al fin. Mientras que miré que llevaba una mochila grande con todas armas y lo miré seria- ¿Qué?- Me preguntó incrédulo.

-No lleves eso- Le contesté seria dirigiéndome a sus armas y él lo entendió.

-Es por las dudas, sí un animal salvaje nos ataca y nos tendremos que defender- Me dijo serio.

-Los animales de este bosque me conocen, y nunca, nunca me atacaron- Le contesté seca- Ahora deja eso adentro, y vallamos a recolectar frutas y flores- Le dije y el asintió. Abrí la puerta de mi cabaña, mientras que él entró rápido y dejó su mochila con armas, cuando salió cerré de nuevo con seguro, y Gale agarro mi mano y salimos para recolectar. Horas y horas pasaron mientras que recolectábamos, había bananas, uvas, y muchísimas flores. Hasta que el castaño quiso agarrar una fruta violeta y se lo quiso poner en su boca- ¡Escupí son venenosas!- Le dije desesperada, mientras que él lo escupió. Yo preocupada me acerqué hacia a él, mientras con mis manos agarre su cara suave.- ¿Te has tragado alguna?- Mientras que él me lo negó.- Eres un estúpido- Le dije, mientras que lo abracé y él acepto mi abrazo.

-Perdón- Se disculpó- No va a volver a pasar, te lo prometo- Me dijo prometiéndomelo.

-No lo sabias, pero si quieres hacerlo de nuevo con otras frutas pregúntame si lo puedes comer- Le dije mientras me apartaba de él. Miré el cielo, y ya estaba oscureciendo.- Ya está anocheciendo, vallamos a casa- Le contesté y yo ahora agarré su mano, e ibas caminando hacia la cabaña. Él acariciaba mi mano con su pulgar o también daba apretones y yo sólo me quejaba o sonreía.

Hasta después de unos largos minutos, llegamos a la cabaña y entramos rápidamente en mi casa.

Sacamos todas las frutas que recolectamos, mientras que lo pusimos para lavarlas. Gale cuando terminó de lavarlas, las guardo. Mientras que yo, agarré las flores y lo puse en dos floreros con agua. Y lo llevé hacia cada una de las mesitas de luz. Me tiré hacia la cama, mientras que el castaño hizo lo mismo y quedó al lado mío.

-Estoy cansado- Me contestó agotado.

-Todos los días vamos hacer esto- Le dije, mientras que se me escapó una risa.

-Lo pasaré bien todos los días junto a ti- Me dijo mientras que me miraba.

-Bien por vos, ahora vallamos a cenar que se está haciendo tarde y luego me tendré que ir a cuidar a los animales.- Le dije parándome. Mientras que me dirigí hacia la heladera y había huevos, papas, y leche.-Haré huevo revuelto con papas fritas- Le dije al castaño, mientras que él se sentaba en la mesa para observarme.

La Loba Y El CazadorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora