Capítulo 14

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Capítulo 14

-Acuéstate conmigo- Me dijo Gale, y yo sólo di un salto para llegar hacia el sillón y acostarme a su lado. Él me tapó y con un "Gracias amor" le agradecí.

-¿No te da cosa dormir con una loba con mucho pelaje?- Le pregunté en su hermosa mente y él se rió.

-¿Por qué me tendría que dar cosa si dormiré con el amor de mi vida?- Me preguntó con cariño, mientras que por dentro de mí me estaba matando de ternura.

-Ponme el anillo- Le contesté y él asintió.

-Me esperas unos segundos, es que se lo tengo que sacar a tu amiga- Me dijo y yo asentí. Se paró el castaño y luego de unos minutos escuché un grito y me reí por dentro, hasta que llego de nuevo Gale y me puso el anillo lentamente.

-Cierra los ojos- Le dije y él asintió, de nuevo era humana y una sonrisa apareció en mis labios- Ábrelos- Le mandé y él me hizo caso.

-Amo cuando luego te vuelves humana, porqué estás desnuda- Dijo picarón y acarició mi espalda desnuda. Me reí por bajo.

-Qué problema, porqué ahora me tengo que cambiar- Le contesté divertida y él bufó- Luego tendremos una noche para nosotros solos, no te preocupes- Le dije y el castaño asintió. Me paré y agarré la sabana que nos estaba tapando y me lo enredé en mi cuerpo. Fui en silencio hacia mi habitación, pero una mano tapó mi boca y me llevó hacia la cocina que estaba toda oscura.

-Que hermosa estás así lobita- Me dijo Luis en mi oído bajito.- No grites porqué si no mato a toda tu familia- Me advirtió y sólo asentí. Apartó su mano de mi boca y me hizo que quedara enfrente de él.

-¿Qué es lo que quieres?-Le pregunté enojada.

-A ti- Me contestó y besó mis labios. Intenté separarlo, pero era imposible, es más fuerte que yo. Me sacó la sabana que rodeaba mi cuerpo, mientras que él acariciaba descontrolado y yo sollozaba.

-Déjame- Le dije con lágrimas en mis ojos.

-Serás mía- Me contestó, intenté darle una cachetada, pero fue más rápido y agarró mi mano fuertemente.- Me han dicho de que eres virgen, primeriza que lindo- Me dijo divertido y gruñí. Acariciaba mi cuerpo lento y me daba asco. Me da asco. Estoy sucia. Pensaba. Sentí que me puso arriba de él y mis lágrimas salían una de tras de otra.

-¡Elizabeth! ¡Elizabeth! Despierta por favor, Luis me quiere violar- Le dije gritándole en su mente- Estamos en la cocina ayúdame, no hagas ruido querida- Dije llorando, pero nadie me contestó. Mi mundo se derrumba, nadie nos escucha, pero Luis me suelta y cae al piso herido. Levanto la mirada y era Elisa que tenía un sartén, con mi hermano que agarró al morocho y le dio su merecido. Yo caí hacia al piso dolida, destruida y sucia.

-Ya querida ya estamos acá- Me dijo la castaña, me puso una sábana en mi cuerpo y me abrazó. Me ayudó a levantarme y vi que en la puerta estaba Max y Elizabeth tristes. Luego alguien me abrazó de repente y vi a Gale llorando.

-Perdóname amor, es mi culpa- Decía entrecortado, mientras que sus ojos celestes verdes estaban apenados. Acepte su cálido abrazo, y él me levantó, pero me llevó de nuevo hacia el sillón y me recostó en aquel.- Nadie te tocará y te hará daño- Me dijo y me trajo mi pijama, le sonreí y me ayudó a cambiar.

-¿Nadie me va a tocar?- Le pregunté y me acosté a su lado abrazándolo.- ¿Ni vos?- Le pregunté de nuevo, pero divertida.

-Es distinto- Me sonrió y con la punta de mi nariz toqué la suya. Eso le dio ternura y besó mis labios.

-Tengo sueño- Le contesté y él me abrazó más fuerte.- ¿Me puedes cantar?- Le pregunté con una tierna sonrisa.

-No sé cantar, pero por vos- Sonrió- Hago cualquier cosa- Terminó de decir, besé sus labios feliz y apoyé mi cabeza en su pecho.

-Cuando quieras comienza- Le contesté y sentí que asintió.

-El sol sale a la mañana, la luz ilumina el día. Tu belleza refleja al espejo y tu voz choca contra la ventana.-Cantaba bajo y yo sonreí- Tus pies descalzos acarician el pasto brilloso por el rocío, mientras que tus manos juegan con el cielo celestino. Luego casi caes hacia el piso, pero unos brazos te atrapan. Tus labios chocan contra los míos, mientras que siento tu suave pelo, un enredo de besos aparece en la pintura, y no se borran por la pasión- Seguía Gale, y mis ojos lentamente se cierran- Mucha ropa aparece en la cama, y de repente está en el piso rojo. Nuestras manos chocan con intensidad, y nuestras piernas se enredan de amor. Estamos destinados estar juntos, vivir con amor y felicidad- Terminó de cantarme y caí en un profundo sueño.

-Despierta joven, el desayuno ya está servido- Me llamaba una dulce voz y abrí mis ojos lentamente. Elisa. Estaba sentada al lado mío, mientras que me movía lentamente de un lado hacia a otro.

-Ya estoy- Le sonreí y ella se paró, mientras que hice su misma acción, y fuimos juntas hasta la cocina y sentarnos juntas con el resto.

-¿Cómo dormiste pequeña?- Me preguntó Max con una simple sonrisa, mientras que comía su manzana verde.

-Estupendo- Le contesté rápidamente, y agarré con el tenedor algunos cereales con yogur, y me lo puse en mi boca.

-¿Hermana enserio quieres pelear sola?- Me preguntó preocupado, me acordé de que hoy era el día y mi alma cayó hacia el piso.

-Sí- Le contesté casi seria- No mataré a uno solamente, mataré a todos por meterse en nuestra vida y joderla- Terminé de decir mientras que terminaba el desayuno, me paré antes de disculparme por dejarlos así y por mi comportamiento. Fui hacia mi habitación, agarré un jean marrón oscuro, una campera de caza y una remera de manga largas simple. Me vestí sin preocuparme, sí por las dudas si alguien entraba o no, salí de la cabaña con mis cuchillos y me senté en el parque de mi casa.- Seguro que hoy será mi último día, pero haré que no lo sea- Me dije así misma- Ahora estoy hablando sola- Terminé de decir con una risa. Me paré y empecé a practicar con cuchillos, luego hacia movimiento con mis tacanas e hice algunas patadas hacia la nada.

-Ya es tarde, falta media hora para que empiece tu castigo- Me dijo ella y yo sólo la miré sin actitud- Prefiero estar en tu lugar, si no estaría embarazada, cumpliría mi castigo, no vos el mío- Terminó de decir y bajé mi mirada, y veía mis botas negras llenas de nieve.

-Te reemplazaría igual- Le contesté y la miré, ella se acercó hacia a mí y me abrazó.

-Eres la única de mi familia y la que amo más en mi vida, no te quiero perder Lea. No seas tonta- Me decía ella llorisqueando en mi hombro y yo sólo con unas palmaditas suaves en su espalda, la tranquilizaba.

-No me pasará nada Elizabeth, enserio- Le decía y ella se separó de mí.

-Júramelo- Me dijo ella enserio y yo asentí.

-Te lo juro- Le contesté y unimos nuestros meniques con una sonrisa. Agarré mis cosas y lo puse en la mochila, ya que era su lugar. Abracé a la pelirroja por sus hombros y entramos en la caliente cabaña.

-Están preocupados por vos, te adoran mucho- Me dijo ella en un hilo de voz, me separé de ella y la observé- Ya es hora para que termines de prepararte, en unas horas tenemos que ir con Paul- Terminó de hablar, y sin ánimos asentí. La miré por última vez, y fui a mi habitación mirando hacia el piso.

-No lo tienes que hacer- Me dijo Erick adelante mío.

-Es por nuestro bien, enano- Le contesté, dejé la mochila en el piso y me saque el abrigo, también las botas dejándolo por ahí.


La Loba Y El CazadorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora