Y... allí estaba. Jonan leyendo el nombre de los residentes de cada piso. O almenos... parecía que los estaba leyendo.
-Hola.-Saludé-.
-Hola, discúlpeme. ¿En qué piso vive Maibell Handson?
-Si me mirases a la cara...
-Perdón. !MAIBELL!
-Shhhh, no grites, que la gente nos mira.
-Hahahaha. Cierto.
-Iba a la tienda a comprar. ¿Te vienes?
-Sí. Yo te pago lo que sea.
-No hace falta Jonan.
-Pero lo haré. Porque eres mi mejor amiga.
-Yo no dije nada de eso...
-Maibell, quizás yo no te caiga bien a ti. Pero tú a mí sí.
Hacía bastante tiempo que nadie me decía algo así. No sé si fué por el hecho de que lo dijese con cariño, pero me salió una lágrima. Una vez cuando pequeña un amigo me dijo eso. Me prometío volver a encontrarnos pero... no le volví a ver.
-Maibell no llores, te ves fea y eres preciosa.
-Yo no lloro. Vámonos.
Nos fuimos caminando a la tienda que está pasando los pisos en los que vive Jonan. Él se encontró con una niña y le dió dos besos, algo que me molestó sinceramente. Pero no le dí demasiada importancia. Le dije a Jonan que me iría pero estuve escuchando por unos 20 o 30 segundos.
-Hola Merche cuánto tiempo.
-Sí hahaha. Deberíamos de quedar más Jonan.
-Sí. Pero ahora estoy ocupado.
-Va. ¿Quién era aquella chica? Y ¿Por qué está contigo?
-No empieces Merche. Es mí novia. Y te agradecería que no me hicieses preguntas en ese tono sobre ella.
-Perdón Jonan. Ya veo que me has olvidado.
-Ya te dije que no llegamos a salir. Y lo sabes muy bien.
-Piensa lo que quieras. ¡TE ARREPENTIRÁS!
Creo que se marchó llorando. Luego no escuché si no los pasos de Jonan acercándose. ¿Qué le podía decir? ¿Cómo puedo justificar que estaba escondida cerca de ellos?
-Vaya Maibell al final no te...
*le dí un bofetón*
-¡IDIOTA! ¿¡CÓMO DICES QUE SOY TU NOVIA?!
-Auch, eso dolió... Sólo pretendía que no hablase mal de ti eso es todo...
-Prefiero que hable mal de mi. Adiós Jonan.
-¿Otra vez el adiós?
-Sí, pero esta vez que sea para siempre.
-...Maibell...
Me alejé de allí lo más rápido que pude hasta llegar a la tienda. Me cogí un refreso de naranja y un croassant de chocolate.
-Es 1'70€ porfavor.
-Me faltan 20 céntimos...
-Pues no se puede llevar la compra.
-Oh vamos. Sólo son 20 céntimos.
-Lo siento. Buenas tardes.
Será tonto el tipo... nunca me he ido sin pagar y por una vez que me faltan 20 céntimos me dice que no me puedo llevar nada. Tendré que buscar otra tienda que me vea de confianza. El problema es que esa era la más cerca que me queda.
Volví a casa un poco triste y enfadada al mismo tiempo, por lo de Jonan y el tipo de la tienda.
Abrí la puerta del portal y me disponía a entrar hasta que Jonan llegó corriendo y me lo impidió.
-Maibell siento mucho lo de antes...
-Te dije adiós.
-Lo siento. Sé que cometí un error pero no quería que hablase mal de ti o que dijese cosas a la gente que no son verdad... Perdón. Enserio. Y ahora que te pedí perdón... ¿Puedo entrar a tu casa?
-¿Para qué?
-Pues porque almediodía me dijistes que podía venir algún día a tú casa.
-Ya pero no me refería a esta misma tarde.
-Anda porfa... porfa porfa porfa porfa porfaaaaa...
-Ay vale entra. Pero callado ¿okey?
-Sí. Tu haz como si no estuviera.
Al final tuve que aceptar a que entrase. Estaba convencida que si le decía que no le iba a dar igual e iba a pasar de todas formas.
Llegamos a mi piso en el ascensor, por lo menos no me encontré ninguna otra sorpresa como anteriormente...
¿Qué pasará si Leonnard sabe que soy amiga de Jonan?
Empiezo a preocuparme por él.
Abrí la puerta de mí piso e invité a Jonan a pasar adentro. Él como no, pasó.
-¿No hay nadie en tú casa? ¿Tús padres dónde andan? Perdón por ser pesado pero esque almediodía cuanto te pregunté no me contestastes y me preocupó.
-Están muertos. Mis padres están muertos.
-¿¡QUÉ?! Va...vaya... Maibell lo siento. No debería haberte insistido tanto. Yo no sabía qué...
-Claro que no lo sabías. Nadie lo sabe. De hecho no quería que nadie se enterase. Todos se querrán poner conmigo aunque sea por pena, y la verdad es que me molestarán.
-Entiendo. Pero aguantar caerle mal a todo el mundo por tapar esto... es de personas fuertes. Muy fuertes.
Seguímos hablando hasta que se hicieron las 9 p.m. y llamaron al timbre.
Abrí la puerta y encontré lo que había cogido en la tienda. El refresco y el croassant. El caso es que como me faltaban los 20 céntimos no me dejó llevarme nada el tipo ese. ¿Cómo había llegado eso hasta mí puerta?
-¿Quién es?-Peguntó Jonan-.
-Nadie. Debió de ser una broma de mal gusto.
Entré la bolsa con el refreso y el croassant sin que Jonan se diera cuenta de que lo encontré en la puerta. Si le decía que al abrir la puerta estaba esto pensaría que estaba necesitada, o que alomejor alguien me acosaba o no sé... Podía pensar tantas cosas...
La madre de Jonan llamó a las 10 p.m. para que fuera a su casa a cenar. Para al día siguiente volver al instituto.
Jonan me pasó su número de móvil y yo el mío. Era un juego, el primero que hablase al otro perdería. Estaba claro que el que iba a perder era Jonan. Porque a mi me daba igual no hablarle.
Se hacía tarde asique cené, me duché, me cepillé los dientes, y me fuí a dormir. Preparada para al día siguiente hacer prácticamente la misma rutina. De verdad. Envidio a los niños que aún están en infantil o primaria. Lo que daría por volver a tener esa edad de enana y solo tener que preocuparme por no salirme de las líneas al pintar.
Lo último que escribí en el blog:
Día fantástico. Mañana escribo mi opinión sobre un libro que me he comprado hace poco.
Maibell-Continuará...
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Maibell Handson Sowyer
Teen FictionMe decían rara sin conocerme. Llevaron mí vida de color a otra en blanco y negro. No sabían que inventarse sobre mí, pero siempre sacaban algo. Yo, soy, Maibell Handson Sowyer. «La chica del cuarto piso»