Jonan se detuvo y me habló rompiendo totalmente el silencio entre nosotros.
-¿Por qué Maibell?
-¿Por qué de qué?
-¿Por qué no te fías de mí?
-No es que no me fíe de ti.-Mentira, lo sé-. Es solo que no suelo confiar en la primera persona que se cruza en mi vida. Lo siento.
-Vale.-Lo dijo serio, y además se le notaba desilusionado.-
No dijo absolutamente nada más hasta que fuimos a una tienda de golosinas y me compró un paquete de papas.
-Son 2'75€ todo junto por favor.-Nos dijo el vendedor-.
-Aquí tiene.-Contestó Jonan-.
-Disfrutadlo pareja.
-¡¡No Somos Pareja!!.-Exclamamos al unísono.-
-Oh, vaya ya veo. Lo siento hahaha. Culpa mía en equivocarme.-Dijo pícaro.-
Ni siquiera le conocía bien. Era estúpido.
-Mai, ¿qué tienes en los brazos?-
Hacía tiempo que no me llamaban "Mai".
-Cicatrices. Gracias a las cuales recuerdo a mis padres. Me rasgué los brazos en el accidente. Pero salí ilesa comparada con mis padres.
-Vaya, lo siento.-Me dijo cabizbajo y afligido.-
-Está superado, tranquilo.-Le contesté.-
Me abrazó.
-Sé que no nos conocemos de mucho Mai, pero... te quiero.
-Jonan por favor me aplastas...-Eso fué lo único que fuí capaz de decirle.-
-Oye...
-¿Si?
-¿Quién te cortó el pelo?
-Ocurrió a última hora... Fué Marcos...
¡Hala! Muy bien Maibell, cágala un poquito más. Marcos estaba allí. Estaba con unas "amigas". Dios. La que se iba a armar si Jonan le veía...
-Jonan ¿y si nos vamos?
-No, antes quiero comprarte algo...
Se giró y le vió. Vió a la misma persona que hacía 2 minutos le mencioné. Marcos. Él estaba perdido. Estaba claro que Jonan le diría más de 4 cosas bien dichas. Sinceramente, le ví capaz.
-¿Sabías que estaba ahí y no me lo dijistes?
-No lo creí necesario...
-Se va a cagar.
DIOS DIOS DIOS DIOS. CÁLMATE RESPIRA. Jonan iba hacia donde estaba Marcos. ¿Pelea? Nunca se sabe, pero algo estaba claro, si había pelea Marcos lucharía como solo él sabe, a lo idiota.
-Tú. ¿Qué le hicistes al pelo de Mai parguelas?
-Lo arreglé hahaha.-Sus amigas rieron como él lo hacía.-
La triste realidad es que si era un chiste era peor que penoso.
Yo solo les observaba y si llegaba el momento de intervenir... ahí estaría yo.-¿Arreglarlo? Mejor te arreglas tú la cara. Que ha sido mirarte y asustarme.
Las "amigas" de Marcos empezaron a reirse, pero él enseguida las calló con un simple chasquido.
-¿Tienes algún problema con mi cara?
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Maibell Handson Sowyer
Teen FictionMe decían rara sin conocerme. Llevaron mí vida de color a otra en blanco y negro. No sabían que inventarse sobre mí, pero siempre sacaban algo. Yo, soy, Maibell Handson Sowyer. «La chica del cuarto piso»