Once I Was Real [MikaYuu] [HIATUS]

Cap II - "Una vez fui hijo de alguien"

"Nunca olvidaría aquel día en que todo empezó..."

Sus padres murieron cuándo el tenía tan sólo 8 años y quedó a cargo de su abuela, una mujer bastante entrada en años que culpaba al pequeño niño de la muerte de su hijo y su mujer.
La familia de Yuu no había sido millonaria pero tenía una buena posición económica y social, una gran empresa que los mantenía y les permitía darle todo lo que quisiera al futuro heredero... sin embargo, ninguno contaba con que el avión en donde los Amane hacían un viaje de negocios cayera al océano debido a una imprevista tormenta eléctrica.
Sus cuerpos nunca fueron encontrados y, por lo tanto, fueron dados por muertos.
El niño, que no había ido con ellos porque estaba de vacaciones en casa de su tío Guren, se entero de lo ocurrido un mes después y, cómo sí su infantil mente no pudiera, o quisiera, aceptar lo que le comunicaron, sólo se encerro en el silencio de su cuarto.

Guren estaba triste por la pérdida de su hermana, obviamente, pero tenía que cuidar del pequeño Yuu. Después de todo, aunque fuera un niño problemático, peleador y algo lloron a veces, lo quería demasiado y le preocupaba su estado.
-Hey, mocoso, ¿Cuánto tiempo piensas estar encerrado en tú cuarto sin comer? - Dijo entrando a la habitación del menor.- Mira, entiendo cómo te sientes... pero, llorar no los traerá devuelta - No recibió contestación alguna, cómo esperaba, y soltando un suspiro se sentó al lado del pequeño que se encontraba en su cama con la mirada pérdida en algún rincón del cuarto.- Yuu... debes ser fuerte por ellos. - Cambio su expresión de frustración por una de compasión.
-Lo se... - La respuesta lo tomo por sorpresa, no esperaba que el chico le contestara.- No importa lo que me dijeron... ¡Mis padres no murieron!
-Yuu... ello-
-¡No! S-se que... que ellos no volverán... pero, tú lo dijiste... cuándo mi tía murió, tú dijiste que ella viviría siempre en tus recuerdos... por eso, mis padres...- Levanto su rostro con una mirada tanto triste cómo decidida, con los ojos rojos por el llanto y por romper en lágrimas nuevamente.- ¡Siempre vivirán conmigo! - Un abrazo fue la única respuesta del mayor. Ese abrazo que ambos necesitaban.- Siempre...
Y al fin las lágrimas, que antes sólo amenazaban con salir, resbalaron por sus mejillas siendo retenidas por la camisa el morocho quién acariciaba el cabello del niño cómo diciendole que todo estaría bien... pero estaba muy lejos de estarlo, aunque ellos desconocían lo que pasaría.
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-¿Yuu? ¿¡Yuu-chan!? - Fue sacado de sus recuerdos por el rubio que lo observaba con mirada preocupada.- ¿Estas bien?
-...Eh... Sí ¿Y tú? - Había olvidado que estaba en la sala charlando con su amigo cómo todas las tardes y sin saber cuándo, se perdió en sus pensamientos.
-¡Bien! - Respondió sonriendo. Sí... Mika en el día era el chico que Yuu conoció, al principio tímido, frío y algo desconfiado (aunque entendía bien los motivos de ello), luego alegre y divertido, siempre buscando algo con que avergonzarlo... Pero en las noches, cómo sí su sufrimiento fuera poco, su conciencia lo fastidiaba con aquella dolorosa noche en que tubo que elegir...

"No podría olvidar aunque quisiera... el ardor en su mejilla... el peso sobre su cuerpo... el nauseabundo olor del alcohol... el frio... aquel frio que deja la muerte... y sobre todo... a Mika... a Mika temblando... a Mika perdido y asustado... confundido... a Mika con aquel cuchillo bañado en sangre entre sus manos extendidas... la sangre... la misma sangre que emanaba de la garganta del, ahora muerto, hombre sobre el..."

-Yuu-chan... perdón, Yuu-chan...- Otra vez esa frase. Mika le había salvado de algo horrible, había asesinado a la persona con la que vivió tanto tiempo, para salvarlo... y aún así, el rubio creía necesario disculparse cómo sí fuera culpable de aquella situación que tuvieron que pasar. Sin saber que esa culpable acción rompía el corazón de Yuichiro desde lo más profundo.
-Mika... ¡Oh! ¡Mira que tarde es! - Dijo desviando falsamente la mirada a su reloj.- Llegaremos tarde a tú cita con el psicólogo.
-... Oh... ¡Es verdad! ¡Vamos Yuu-chan! - Contesto el rubio sonriendo para luego levantarse de su asiento extendiendo su mano al azabache quién la acepto enseguida sonriendo de igual manera.

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~Hikary~