Blue Slayer n.l.

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3.El vuelo del agua bajo el cielo.

Lucy sonrió ante las cariñosas palabras de su madre y los ojos de esa mujer centellearon haciéndole sonreír de nuevo. Lo podía comprender, esa felicidad.
† †

La noche todavía se ceñía sobre las dos figuras. La brisa olía a mar y el cielo a azul inmensidad. El reino costero estaba despierto bajo sus pies mientras los habitantes dormían. La mirada de Lucy perdida entre las estrellas, a menudo pensaba que si miraba lo suficiente largo y tendido hallaría algún mensaje. De momento, lo único que veía era una luna creciente con forma engañosa que le devolvía la miraba atentamente.

Habían transcurrido solo dos años desde que llegó a aquel reino, que resultaba ser mucho mas extenso que aquella cueva donde despertó. Desde que había llegado había conocido todo tipo de criaturas acuáticas, ninfas de los lagos, ondinas, sirenas, hombres pez, pixies de los bosques e incluso algún clan de elfos o hadas. El reino del agua no tenía ni nombre ni regente, era un lugar donde todo parecía fluir en la misma dirección. Las criaturas de la zona transponían su conocimiento a través del agua, con un chapoteo en una charca, o un baile bajo la lluvia, las criaturas consumían información, no hay secretos, cualquiera puede acercarse a una costa y cogerlos. Los habitantes eran supersticiosos, obsesionados con la astrología, las posiciones de las estrellas, sus constelaciones, y las profecías que desvelan.

A Lucy todavía no se le daban bien las lecturas del agua ni entendía los cánticos de las sirenas, pero cuando aquella mujer cubierta de escamas blancas y reflejos de sombra hablaba ella le escuchaba, profundamente, quería saber todo lo que ellos sabían. Magia, real, danzante bajo la bella melodía del mar rompiendo contra los acantilados por la noche y las risas de los círculos de pixies por las mañanas. Sus ojos perseguían por el aire a la figura, cambia de forma y tamaño, tomaba forma de algún pájaro de la zona, de una luciérnaga e incluso de una lluvia tropical entera, y como siempre terminaba explotando la crisálida al salir de ahí convertida en mujer, Lucy empezaba a pensar que esa forma era lo mas parecido que había por aquí a una persona humana, y que tal vez, solo tal vez aquel dragón, elegía aquella forma mas débil para reconfortarle. La demostración había acabado. Ningún ataque, ninguna defensa, solo belleza y autocontrol reunidos en un mismo cuerpo anamorfo.

Lucy le miró caminar fuera del agua. Su madre era hermosa. Su interior era hermoso. Tenía un poder inmenso guardado para ella sola bajo esa cascada de agua.

Los ojos centelleantes hablaron con una sonrisa.

- Lo harás igual en unos días. Ahora vamos a casa, el lago te está esperando para practicar.

- El lago no puede esperar, mama.- Le dijo divertida contraponiendo con la serena voz de su madre.

- El lago espera y es impaciente, sus aguas se vuelven turbias. Es un ser vivo tienes que tratarlo como tal.

Su voz no titubeaba, realmente era así como decía y esa sería su única verdad.

Las alas del dragón se extendieron tras el pequeño cuerpo de la mujer. Lucy entre sus brazos miraba lo que dejaba atrás, esa noche y como las alas de su madre cambiaban, el flujo constante de agua mansa y transparente se turbió al alzar su vuelo.

Sus alas tenían vida. Quería tocarla, pero la pequeña sintió un mal augurio y retiro la mano alzada.

Al llegar a la cueva el dragón nocturno se metió en el interior. El sol era una debilidad para su barrera protectora.

-Ve al lago, no pierdas tiempo.- Le dio un pequeño impulso por la espalda.

Lucy caminó hacia fuera. Salió de la cueva, caminó hacia la orilla llena de conchas, fósiles y piedras. Había algo en el agua. Estaba quieta, como una balsa, no había viento que desestabilizara aquel equilibrio.

Puso la mano sobre el agua y esta se comenzó a mover. Hacia arriba, rodeando su brazo. Tenia un tacto sedoso, refrescante, pero igual que su madre, no mojaba, su piel están totalmente seca.

Levantando el brazo y miró como aquello se acomodaba en su piel pasando a ocupar parte de la misma, unas marcas como raíces gruesas y azules se formaron allí donde había estado el agua.

Abrió la mano y una bola de agua salió disparada hacía el cielo. Luego calló sobre ella mojándola, se rio, le parecía divertido. Era algo imposible allí donde antes vivía.

Su piel de repente se iluminó, se miró de arriba abajo y salió corriendo hacia el gran dragón de agua. Despertándola con el destello.

Ella tranquila, casi sonriendo, la tumbo en su lomo y la hizo dormir.

Ya había sido más que suficiente para una niña tan pequeña.

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Ya queda poco para que se descargue un poquito de nalu. ^°^ :3

❤❤❤☆ミ　☆彡

Me gustaría. Saber que piensan de la historia:3