4.Era un chico de fuego.
Al atardecer, los colores del lago eran mucho mas bellos, o así lo veía Lucy desde el cobijo de su madre.
Como ella dormía y la pequeña era curiosa, dejó allí a su madre y salio a ver la puesta mas hermosa. Fue su sorpresa encontrar que era de noche y la luna no brillaba.
Entonces, ¿las embriagadoras luces del atardecer?
Se acercó lentamente al lago, el era viejo y experto. Él sabría la respuesta.
"Niña, ¿no ves que no es el ocaso? Es el fuego en sus tierras y todo su esplendor."
Fuego.
¡Fuego! ¿Un incendio? Una portadora del agua debía ayudarles.
La chica corrió por el bosque y con forme se acercaba las luces naranjas el terreno cambiaba, era mas fértil, de tierra negra y de Aulagas repleta.
Se paró en seco, eran preciosas pero pinchaban sus pies y piernas. Un sonido vino de entre sus flores amarillas. Alguien venía andando y quemando pues la vegetación a su paso; impresionante.
Tenía el pelo rosa, escamas en su cara y humo en su boca.
Era solo un chico de fuego.
El chico, no mucho mas mayor que ella, le miró confuso.
– ¿Eres un ángel? –Ella negó.– Un hada entonces.
— Soy humana —el viento nocturno y sofocante movió su vestido hacia tras moldeándolo entre sus muslos.
— No lo creo —Lucy pestañeó.
Ella era una pequeña niña humana. ¿Lo sabría ella mejor que un extraño?
– Claro que lo soy, igual que tú –espetó indignada.
El chico sonrió marcando los hoyuelos que socavaban sus escamadas mejillas.
La pobre no pudo evitar sonrojarse al encontrarse imitando su gesto.
Se acercó a ella quemando las plantas que perforaban su piel.
– Dame tu mano –estiró el brazo, pudiendo escuchar aún más rápido y fuerte los latidos de Lucy.– No te preocupes, puedes confiar en mí.
Primera vez, primera vez que no era el miedo el que ponía su pulso a ritmo de carrera, primera vez que hablaba con un extraño de forma tan familiar. No solo eso, él era raro, su aspecto, extraño, anormal. Confiar en lo desconocido, ¿no era eso algo malo?
Aunque lo desconocido hasta ahora solo había traído cosas buenas, la magia, la vida, su madre.
Así pues confió en el ser extraño, en sus hoyuelos y sus finas garras.
– Mira –le señaló allí donde las marcas de agua se había quedado,– no eres humana.
– Eso no es mío –se quedó callada lo que iba a decir podría sonar bizarro;– fue el lago –murmuró.
– ¡No lo hizo él! – Parecía estar apunto de echarse a reír.– El agua –subió su mano siguiendo las marcas hasta el codo de Lucy,– el agua es pureza, vida y paz. La creación, pasión y fuerza déjanosla a nosotros, el fuego.
Las pupilas negras de la niña seguían clavadas en sus verdes iris. El chico tragó saliva.
– ¿Qué pasa?
– Esto te va a doler un poco.
El grito de su piel le hizo romper esa larga mirada para ver cómo del ínfimo espacio que había entre la mano y su brazo salían pequeñas chispas y llamaradas a presión.
– ¡Para! ¿Qué haces?
Apartó la mano y le dejó juzgar por sí misma. La marcas turquesa ahora llegaban más lejos, hasta su hombro.
– El agua limpia y no crea.
– Y entonces, ¿qué pasa con tu fuego?
– Que... ¿Quema?
– Sabes a lo que me refiero –su voz sonaba a rabieta.
– Tan solo he quemado la piel que necesitas. Alguien se tomó mucha molestia para que no lo vieras. Está muy bien hecho.
Él parecía preocupado y ella en otro mundo, caras y nombres pasaron por su cabeza. Pero mucho a su pesar esa no era su duda principal.
– ¿Qué eres?
– Me alegra saber que somos los dos igual de 'incompletos'.
– ¿Somos 'incompletos'?
– Ay, qué joven e inexperta– se jactó de ella.– somos dragones, hijos de dragones.
– Pero nuestro cuerpo es...
''Claro como mama.''
– ¡Natsu! ¿Dónde está mi hijo?
El chico, o dragón, ya no sabía que llamarle, abrió los ojos exaltado al recordar sus deberes como próximo rey.
– Tengo que irme, espero poder verte un día de estos.
– ¿A dónde?
Natsu besó su mejilla, porque sus impulsos le dijeron que debía, después le miró profundamente a los ojos como si pudiera ver todo su desconcierto.
– A la fiesta.
Puso su sonrisa más humana intentando así calmarla. Luego corrió por allí donde antes había quemado desapareciendo, dejando atrás solo sus voces cada vez más lejanas.
– Natsu...
El brazo le palpito y Lucy automáticamente le gruño al dolor, humo salía de allí donde él había arrasado con su piel.
''Ven; pequeña yo te curaré.''
Y así aquella voz inexplicable la llamó como un dulce cascabel para sanar su piel.
@TheStaring
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Blue Slayer n.l.
Fanfiction¿Y si se encontrara con una Slayer de Agua? ✔Nalu ✔Magia ✔Dragones ❤[a.u.]