Dafne

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No me podía mover, ¿qué me pasaba?

Notaste que estaba despierta, te acercaste a mí.

Cerraste tus ojos, aguados, por miedo a que en ellos viese reflejada la verdad.

Me rodeaste con tus brazos y lloraste en mí.

Sentí tu mimo, pero no pude devolvértelo. Estaba atada de pies y manos.

-Mi amor, ¿me oyes? -intenté responderte, pero no pude- lamento haberte hecho esto, no quería este final para ti. Nunca te dejaré sola, amor. Te regaré cada día, como lo hice con tu otro árbol. Te cuidaré hasta el día del juicio final, y lo haré porque te quiero y siempre lo haré.

Me dolió más verte llorar que asumir lo que me había pasado.

Mis sentimientos hacia ti eran los mismos, lástima que nunca, jamás, lo puodrás llegar a saber.

Te amo, Apolo.

Te amé, y te amaré hasta el fin de los tiempos.

Apolo y DafneDonde viven las historias. Descúbrelo ahora