Secreto.

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Pero al final el me perdió ¿Que debo hacer? Solo lo hice llorar, estaba tan cansado, que solo podía pensar en mi mismo, así que solo solté su mano. El siempre me dijo que podría perderlo todo excepto a mi, pero en ese entonces odiaba tanto aquello, solo quería poder volar libremente , tener mi propio mundo. En un día frío, donde el otoño sopla, solo me di la vuelta...

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—¡Ah!— Se quejó sentándose en el suelo amurrado el moreno, realmente tenia hambre y nadie en esa casa se daba la libertad de poder darle de comer a su pobre cuerpo tan bien trabajado — Tengo tanta hambre— Decía mientras se tiraba por completo en el suelo.

—Espérame un poco Kai, intento cocinar algo, no seas tan hambriento— Luhan cocinaba ya que Kai no sabía hacerlo, ademas los demás miembros no estaban, por lo que ellos eran los únicos sin agenda, así que para sobrevivir debían inventar algo, o quizás cuando todos llegaran los encontrarían en el suelo medios moribundos.

—Pero realmente tengo mucha hambre Luhan, podría volverme anoréxico en cualquier momento del hambre que tengo— El nombrado rió ante la exageración del menor, siempre era así, aunque le molestaba eso en los otros, en el menor era algo adorable, he ahí el gran detalle que siempre ignoro al sentir pequeñas punzadas en su vientre.

—No digas tonterías— Decía mientras le ponía el aliño a la carne, necesitaba hacer todo bien, queria que comieran, no que tuvieran que lanzar todo a la basura y al final terminaran comiendo un pan añejo con un te o agua.

—Malditos Hyungs que no son capaces de dejarles ni un gramo de comida a su pobre Dongsaeng— Reclamaba el moreno haciendo berrinche en el suelo, rodó por la mitad de la cocina, se quedó de cara mirando unas manzanas y sin poder evitarlo, las tomo, las pelo y las metió a la licuadora junto con agua y unas cuantas muchas gotas de endulzante artificial.

—¿Qué haces?— Pregunto el chico de cabellos rubios, bastante curioso viendo como el otro comenzaba a mezclar todo.

—Jugo de manzana— Corto aquella frase con cierta seriedad en su hablar, completamente distinto a como estaba hace un momento, como un niño pequeño en el intento de llamar la atención de alguien. 

—Ah— Cuando licuo todo sirvió un vaso hasta arriba, aquel, lo observo por unos segundos en el intento de ver si es que quedaba algo sin ser molido por las filosas cuchillas que poseía el objeto electrónico, que parecía esperar una segunda vuelta.

—¿Quieres?— Pregunto Kai moviendo el objeto de vidrio por enfrente del mayor, quien formo una pequeña sonrisa en sus labios debatiéndose si aceptar o no. 

—Solo un poco— Murmuro estirando su mano hasta topar con las del chico, aquello produjo algo en el, como un hormigueo que lo recorrió desde la punta de los dedos hasta sus hombros, aun así, lo ignoro por completo. 

—Toma— le entrego el vaso con jugo, el cual tocaba hasta el borde del liquido amarillento y medio espeso, completamente delicioso para el gusto de ambos.

—Pero tu...— No alcanzo a terminar su frase cuando el chico de mayor altura hablo viéndose en la obligación de darle un sorbo o tan solo topar sus labios con el objeto.—

—Tengo suficiente para mí— Dijo indicando la licuadora, pero se dio cuenta de que solo había quedado un poco para su porción, pero para que el mayor no se sintiera mal, tomo un vaso más pequeño y se lo sirvió, miro detenidamente cada expresión del otro, mientras bebía su invención de ultimo minuto.—¿Te gusto?— pregunto ansioso de la respuesta ajena, normalmente no le importaba la opinión de los demás pero cuando la opinión se trataba de Luhan extrañamente le importaba, desde hace un tiempo se venía dando cuenta de ello.

— Esta delicioso— Comento mientras secaba su boca con la manga de su poleron, se lo había bebido todo y es que realmente sabia bien, tenia un sabor dulce rozando a veces con lo ácido de algunas manzanas verdes que el chico había puesto, sin duda aquello le había dado el toque exacto para que quedara con ganas de otra ronda. 

—Claro, lo hice yo— Aquel tono altanero salio de sus labios rozando con su lengua y esparciéndose por la habitación hasta toparse con el ceño fruncido del chico frente a el, sin duda aquel niño jamas podría dejar el ego o el orgullo abajo, aun así, sabia que tendría que vivir con ello.—

—¿Qué te parece si vemos una película y comemos en el living? No tenemos porqué comer en la cocina ya que no hay nadie que nos pueda regañar por hacerlo— Le propuso mirando con aquellos ojos de cachorro a medio morir que tanto le gustaban a Kai.

—Está Bien— Sin poder evitarlo una pequeña risa se escapo de sus labios al ver aquella expresion tan adorable en Luhan ¿No era bonito? ¡Claro que no lo era! Una, dos, tres cachetadas mentales se dio el moreno ante tan estúpido pensamiento, Ah, bobo. — ¿Romperemos las reglas?—

—Probablemente— Dijo sin mas, sirviendo la comida en los platos—

—¿Y qué tal si las rompemos aún más?— Pregunto con aquella seducción tan digna de el en los escenario, aquella que podría matar a alguna de sus fans si lo viera tan de cerca, sus expresiones por si solas aparecían en su rostro llegando al limite de un orgasmo. 

—¿Y de que otra manera se podrían romper más?— El morocho rió levemente ante la inocencia del mayor ¿De verdad no había captado su tono de voz? 

—Comiéndonos las galletas del Maknae— Soltó, ¿Que mas daba? El joven no era de esos rumbos, por lo que a ultimo momento cambio su escenario, ni siquiera había logrado incomodar al chico con aquella proposición anterior, vamos, vamos. 

—Se enojara—

—¿Y que más da? Le echaremos la culpa a la tonta perra de Suho— Rió ante la idea de Kai, sobre hacer travesuras, sabia era malo pero aun así lo haría, se sentía como un niño chico cada vez que estaba con él, era extraño pero así era, desde hace algunos meses se habían vuelto mucho más cercanos, es más podría decirse que hasta podría llamarlo su mejor amigo, lo quería mucho, aunque ahora con el paso del tiempo había aprendido a aceptar sus sentimientos por él, pero no los dejaría salir, no quería arruinar su amistad, no cuando les había costado mucho el construirla.

Estaban sentados mirando la película, la verdad es que Kai no tenía ni la menor idea de que estaba pasando en ella ya que tenía toda su atención en los movimientos del mayor quien en esos momentos se lamia los dedos sacando los restos de sal en ellos, esa imagen fue un detonante que recorrió todo el cuerpo de kai quien no pudo evitar llevar los propios a sus labios saboreándolos como si se trataran de los ajenos.

—Luhan— Susurro, este de inmediato lo miro, aquella mirada provoco que el menor se acercara a una velocidad inhumana atrapando los labios ajenos con los suyos, cuando la necesidad de respirar se hizo presente se separaron.

—¿Que fue eso?— Susurro Luhan con las mejillas rojas y en un su punto a medio adormecer ¿Que había pasado? ¿Por que el chico había hecho eso de la nada y sin siquiera avisar? 

—No le pongamos etiquetas— y sin nada más que decir tomo la nuca ajena y se hundió una vez más en los labios ajenos, podría jurar que se derretiría allí mismo, en los labios del mayor, sabían tan exquisitos eran tan suaves, tan esponjosos que creyó volverse adicto de ellos, poco a poco la necesidad de más se hizo presente haciendo el beso más profundo, una vez más compartían un secreto.

||Niño Debil||KaiHan||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora