Único Slytherin

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Chase, Greg, Sean y yo salimos del compartimento al oír la campana. Ya nos esperaba Hagrid en la puerta con su vieja lámpara. Hagrid... Fiel amigo de los Potter, sigue siendo profesor y guardabosques en Hogwarts, y pese a tener más de cien años se conserva muy bien (ventaja de semigigantes). Los semilobos no tenemos esa suerte.
No sé si lo había comentado pero aparte de ser metamorfomago soy semilobo porque mi padre Remus era hombrelobo. Fascinante, ¡vaya suerte!, ojalá yo también lo fuese... Miles de comentarios parecidos he oído en mi vida, pero ninguno es como yo lo veo.
Para mí es una manera de no poder ocultar los sentimientos, de tener que medicarme cada luna llena, de que te miren raro cuando haces algo fuera de lo habitual, de sentirte respetado por miedo...
Cuando era niño, todos me rechazaban por mi condición hasta que Kevin Sulkin se sobrepasó conmigo y mis instintos de lobo explotaron. Solo digo que acabó en la enfermería en estado grave. Desde entonces todos me respetan, y no es una buena sensación, aunque de vez en cuando me aproveche de ella.

-¡Peliazul cuánto tiempo! ¿Como han ido las vacaciones?

- De maravilla Hagrid, ¿y las tuyas?

-Si vermelas con un abraxan* con la rábia es divertido, su aspecto de pegaso no tiene nada que ver con su carácter- me dijo Hagrid con tono de haberlo comprobado este verano- se puede decir que ha sido divertido.

- Espero que estés bien. Nos vemos.

Me había quedado el último y eso que solo había compartido unas palabras con Hagrid, pero para mi sorpresa mi primo Albus Severus estaba esperandome en la puerta.

- ¿Que haces aquí?

- Estaba esperándote. No quería entrar solo en la barca.

- No estás solo, hay más niños, haz algún amigo.

- Ya. Teddy, tengo miedo.

- ¿De qué tienes miedo?

- Hogwarts en general me da miedo. El sombrero seleccionador, la directora, los profesores, las clases...

- Todos tenemos miedo a lo desconocido, pero tenemos que afrontarlo para seguir avanzando ¿no es así? Así que no sufras, todo irá bien. Yo también tuve miedo el primer día.- y le guiñé un ojo.

- ¿Y si me ponen en Slytherin?

- Eso no va a pasar Albus.

- ¿Porqué no?

- Porque toda tu familia es Gryffindor. Es muy poco probable, 100% seguro que seras un Gryffindor y ganarás muchos puntos para la casa. ¿Quieres jugar a Quidditch?

- Me gustaría entrar en el equipo.

- Pues nada más empezar tienes que hacer las pruebas, muéstranos al equipo que eres un Potter. Ya te echaré un cable, pero como capitán debo comprometerme a no hacer trampa ¿entiendes? Bueno, basta de chácharas y subamos a la carroza.

Y las puertas de Hogwarts se abrieron un año más para nosotros. Dejé a Albus con los demás niños de primero y me senté en la mesa de Gryffindor.
Los niños de primer curso entraron con paso apresurado al Gran comedor con tal cara de admiración y sorpresa que sus ojos brillaban como las estrellas del cielo del comedor.

- Queridos alumnos y alumnas de Hogwarts. Soy la directora McGonagall y me complace inaugurar este nuevo curso con muchas caras nuevas. Este año, el grupo de primer curso es el más numeroso de los últimos años y espero que reciban una calurosa bienvenida del resto. Los tiempos oscuros han pasado y llegó el momento de que Hogwarts vuelva a brillar con todo su esplendor. Y ahora, empezará la selección.

Y de la nada apareció el sombrero seleccionador encima de su taburete. Empezaron a pasar niños y niñas que fueron a parar a todas las casas, sobretodo a Hufflepuff, que aumentará este año considerablemente su numero de miembros. Por fin le tocaba a Albus, se le veía nervioso y con miedo, yo también lo estaba. Éste era un momento de esos que solo se viven una vez. Albus se sentó en el taburete y McGonagall dejó caer el sombrero sobre su cabecita.

-Mmm... Procedes de una larga dinastía de Gryffindors como puedo observar... Mmm... Pero esta claro... ¡SLYTHERIN!

No pude escuchar nada más. Todos los comentarios, aplausos, risas... se desvanecieron en mi mente. Sólo le miraba. No podía apartar de él mi mirada. Un Slytherin... Esto no podía haber pasado...

Teddy LupinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora