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Madison movía la cabeza al ritmo de la canción que estaba escuchando a través del iPod que se encontraba a su lado.

Estaba "tumbada" en la cama, a su manera, con las piernas apoyadas en la pared y la cabeza colgando, casi tocando el suelo.

Muchos dirían que como podía estar así, pero para ella la postura en la que se encontraba más cómoda.

Escuchó sonidos que provenían de su ventana, o de muy cerca de ella.

Madison, extrañada, se levantó, apagó la música e hizo el amago de asomarse a la ventana pero de repente una cabeza apareció.

Ella pegó un bote hacía atrás.-¿Luke?-Susurró.

Él torpemente consiguió entrar a la habitación.-No sé como puedes subir y bajar todos los días, casi me mato dos veces.-Dijo este mientras se quitaba el polvo de sus jeans negros.

-Práctica.-Contestó ella mientras se encogía de hombros.-¿Qué te trae por mi cuarto Luke?

Él se quedó callado, no sabía realmente que hacía allí.