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Sí, estaría bien comprar algo para almorzar. Entré en la panadería y me acerqué a la dependienta, a la que le pedí un bollo con doble de crema: mi favorito. La chica me le envolvió, le di las gracias y le guardé en el bolsillo pequeño de mi mochila antes de seguir mi camino.

Las horas antes del almuerzo fueron aburridas, llenas de presentaciones y normas, pero por fin sonó el timbre que indicaba que podría comerme mi almuerzo. Fui al comedor siguiendo a la masa de gente y me senté en una mesa no muy llena, con algunas personas que esperaban a sus amigos, pero alejadas de mí. De repente noté que alguien se había sentado al lado mío.
-Hola, soy Sarah. Me he dado cuenta de que te gusta exactamente el mismo bollo que a mí- me miró sonriente.
-Hola, soy Anna.
Estuvimos hablando durante el almuerzo, y también nos vimos en los recreos. Sarah iba al mismo curso que yo, pero su aula estaba un poco lejos de la mía.
Después de unas horas, al fin sonó el timbre que indicaba el final de las clases. Bajé las escaleras principales, y cuando estaba en el hall vi a Sarah acercarse con otra chica.
-Hola Anna. Esta en Martha, una amiga. También va a mi clase.
Nos presentamos y se ofrecieron a acompañarme a casa para poder hablar más tiempo, y yo acepté. Hablamos hasta que llegué y las despesí mientras giraba la llave. Estaba contenta de haber hecho dos amigas el primer día.

Una semana más tarde, depués de haber pasado todos los almuerzos y recreos juntas, me llamó Sarah.
-Ya toca elegir actividades. Yo voy a apuntarme al equipo de animadoras, y Martha a clases de dibujo. ¿Y tú?

Mejor hacer algo de deporte. Apuntarse al equipo de animadoras: capítulo 4

Me gusta más dibujar. Apuntarse a clases de dibujo: capítulo 5

Permanece en BarneDonde viven las historias. Descúbrelo ahora