No se lo toma mal y te invita a cenar a un restaurante. Aceptas, pero te dice que le va a ser imposible llevarte, así que vas tú con tu coche. Pero como eres nueva en la ciudad, te pierdes. Llegas a un cruce.
Vas por la izquierda: capítulo 44.
Te subes al coche y bailas claqué en el capó: capítulo 45.