No me alcanzan las palabras para decirte cuanto te amo, y te amé...
Eras la única persona que pudo verme en cada una mis facetas, y que pudo provocar que salgan todas al mismo tiempo.
¿Cuándo paso todo esto? Un día estaba contigo, abrazados en el sofá, y ahora estoy escribiendo estas cursilerías a alguien que no va a recibirlas. Sólo quiero saber porque te fuiste, porqué me dejas cuando prometiste amarme eternamente y estar conmigo hasta el final.
Fuiste, eres y serás el amor de mi vida; no importa cuánto tiempo pase ni a cuantas personas me encuentre en el camino, es imposible olvidarte.
¿Por qué me dejaste? No lo sé, lo único que pido es que no olvides todos los momentos que pasamos juntos, los viajes que hicimos, los besos escondidos en el tren, los vídeos que nunca subimos porque nos la pasábamos haciendo gilipolleces de enamorados; quiero que recuerdes todas las charlas en las madrugadas de invierno, los besos improvisados, nuestros planes para el futuro...
Trato de comprender las razones por las que dejaste esa carta encima de mi mesa de noche, ¿Será que te hice daño o algo te molestó? ¿No soy suficiente para ti? ¿Te avergüenza lo nuestro? Tal vez la presión, las sospechas de la gente, los fans que perdiste... pero dime ¿Ellos valen más que yo? No se trata de una elección, sino de poder mantener equilibrio; un equilibrio que en tu cabeza no existe.
Todo esto habrá sido demasiado para ti, pero para mí nunca lo fue, siempre me diste la medida justa de amor que necesitaba.
No planeo convencerte ni obligarte, y aunque lo hiciera no cederías, sé cuan firme eres en ese aspecto; así que solo me queda decirte que me hiciste muy feliz, nunca olvidaré todo lo que pasamos y siempre estarás en mi corazón.
Si quieres volver, te espero.
Mangel.