EL VIAJE EN EL TIEMPO

Lucy Audrey W.

Finalmente, la última encapuchada del día, se levantó y se dirigió a la tarima. Tal vez un poco mas vacilante que el resto al bajarse la capucha. Ante ellos se encontraba una muchacha de estatura media tirando hacia baja, de ojos verdes y pelo castaño. Múltiples pecas adoraban su nariz, marca Weasley. Carraspeó tímidamente y empezó a hablar:
—Hola, Hogwarts del pasado —una amistosa sonrisa asomó por su rostro. Varios chicos suspiraron.

—¿No te parece que tiene un aire a Percy? —susurró Fred a George, para que acto seguido ambos estallaran en carcajadas y el segundo se limpiara una lagrimilla de la risa— que chiste, imposible, ya es bastante que tenga una hija como para que ahora tenga dos.

—Si mis tíos no me interrumpieran tal vez podría acabar de presentarme...—dijo calmadamente pero con tono amenazante. En cuanto hubo silencio, prosiguió —Bien, mi nombre es Lucy, Lucy Audrey Weasley Smith. Hija menor de Percy Weasley y Audrey Smith lo que me convierte en la hermana de Molly— sonrió a su hermana y a sus padres. Un grito ahogado de asombro se extendió por el Gran Comedor mientras los gemelos hiperventilaban solo por el placer de ser dramáticos.

—¡¿PERCY TUVO OTRA HIJA?!

Lucy suspiró.

—No, es que yo soy una planta —negó con la cabeza pellizcándose el puente de la nariz como diciendo "que haré yo con estos dos..." Mientras tanto, Percy y Audrey sonreían orgullosos a su hija—bien, continuo. Tengo 17 años y estoy apunto de empezar mi séptimo año así que todavía no sé si seré premio anual. Pero si fui prefecta en su momento —fulminó a los encapuchados con la mirada por si osaban decir lo de "prefecta perfecta".

—¿Algún día habrá una Weasley dócil? —susurró George a Fred sin que nadie más lo escuchara.

—No tengo novio, no jugué a quidditch y estoy en la casa de... ¡Hufflepuff! —la casa mencionada la victoreó mientras Molly I retaba a sus hijos gemelos a soltar a algún comentario.

—Estamos orgullosos de ti, cielo —comentó Audrey extendiendo sus brazos para abrazar a su hija, que tras despedirse fue a reunirse con ella y su familia.

Dumbledore se levantó.

—Bien, ya es tarde así que seguiremos con las presentaciones mañana en el desayuno. Ah y también se cancelan las clases hasta que acaben.

Al acabar de decir esto todo el Gran Comedor gritó de alegría mientras salían desordenadamente hacía sus salas comunes, preguntándose si sus hijos habrían venido o no.