Capítulo 6

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Había llegado el día de la graduación y puedo apostar que mi padre nunca imaginó que sería así.
Me había despertado tarde como siempre y muy cansada por quedarme hasta la madrugada leyendo, si mi papá no hubiera entrado tan entusiasmado gritando que por fin me graduaría, probablemente no me habría levantado. Después de ponerme el vestido que había elegido cuando salí con Deyna, intente maquillarme con pinturas que también ella me había aconsejado y esta de más decir que soy un fracaso en tratar de ser una señorita que le gusta arreglarse, tuvimos que hacer una vídeollamada para que pudiera ayudarme diciéndome paso a paso donde iba cada cosa, al terminar baje a prepararme algo de comer y derrame un poco de refresco sobre el vestido, por suerte era de color negro, de todas maneras esto no iba bien.
Tocaron el timbre y mi papá fue a atender y cuando abrió la puerta se quedó tan sorprendido al ver que su expectativa tipo película nada tenía que ver con la realidad, por mi no había llegado un chico alto, guapo y con un traje impecable esperando poder verme bajar por las escaleras para decirme que me veía hermosa, para nada, yo le había pedido a Deyna que fuéramos juntas debido a que ninguna tenía pareja.
-Pase por favor.- Le dijo mi padre al otro lado de la cocina y cuando menos lo sentí estaba detrás de mí.
-Dime que no es lo que pienso, por favor.- Me dijo con una expresión tan asustada en el rostro, que hubiera pagado por tomarle una fotografía.
-¿Que es lo que piensas?, ¿Que soy lesbiana y mi chica a venido por mi?.- Le dije sin dejar de mirarlo y sonreír.
-No me molestaría, pero...- Y antes de que siguiera, lo abracé y le dije que si lo fuera, ella no sería mi tipo y comencé a reír.

-¡Que bien te ves!.- Me dijo Deyna cuando salí de la cocina, llevaba un vestido ajustado color verde menta que hacia lucir su gran cuerpo.
-Gracias, tu también te ves muy bien, ¿Nos vamos?.- Le dije mientras abría la puerta y mi papá se despedía de nosotras.

Al llegar al salón nos sentamos en una mesa donde conocíamos a un par de la escuela, todas las chicas se veían muy lindas y me di cuenta que no recordaba a muchas de ellas, después de comer y el gran discurso que dio el director empezó el baile y la mayoría se fue hacia el centro, un chico se acercó a Deyna preguntándole si quería bailar con el, era de ojos claros, muy blanco y de cabello rizado, ella no dudó en aceptar porque yo se que le encantaba bailar.
Después de estar un rato más me despedí de los profesores que había y de algunos chicos que conocía y me dirigí hacia la casa. O al menos ese era mi plan en cuanto vi abierto un bar que estaba cerca, decidí ir un rato para distraerme.
Al entrar me fui directo a la barra sin importarme el hecho de que estuviera sola.
-¿Aún me recuerdas?.- Me dijo una voz que reconocía de algún lugar y en cuanto volteé supe quien era.
-¡Hola!, ¿Como estas?.- Le dije dándole un abrazo y una gran sonrisa a Paul. El había sido mi novio hace un año, duramos poco porque descubrí que me estaba engañando con una chica de la misma escuela a la que yo iba. A decir verdad no me importó mucho pues sabía que en el fondo no era tan especial para mi, así que decidimos terminar y seguir como amigos, aunque al siguiente año se dio de baja en la escuela y no volví a saber de él hasta ahora.
-Excelente, ¿No se nota?, ¿Tu como has estado Musse?, no me respondas, también se nota que has estado muy bien.- Me dijo guiñando un ojo y sentándose en el banco que estaba a mi lado.
-Oh gracias, pero cuentame ¿en dónde estabas?.- Le dije mientras seguía tomando de mi bebida.
-Lo importante es que ahora estoy aquí, ¿No lo creés?.- respondió acercándose cada vez más a mi.
Me quede en silencio viendo como el imbécil con el que alguna vez estuve ahora me tocaba la pierna como si fuera de su propiedad.

DualidadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora