CAPÍTULO 1

119 2 0
                                    

Con el paso del tiempo y echando la vista atrás, te das cuenta de lo que unos instantes pueden cambiar tu vida"

Si tuviera que decir cuál es mi plan favorito para un sábado por la noche, sin duda no sería este. Dicen que a veces da igual de cuanta gente estés rodeado para sentirte solo. Si miro a mi alrededor solo veo vidas vacías. Un incesante parloteo que hace que me de dolor de cabeza. Si hay algo que odie profundamente son las fiestas que la gente organiza solo para alardear de todos los lujos que poseen a pesar de que lo anuncian como un acto "benéfico".

Por suerte para mí, puede escaquearme multitud de veces de venir a estas reuniones vacías de sentido común. Aunque me temo que en esta ocasión no he podido decir que no, ya que la persona que organiza esta fiesta es uno de los mejores amigos de mi padre.

Envidio a Liam en estos momentos. Liam es mi hermano mayor, tiene 28 años y hace prácticamente 3 que no mantiene relación con mis padres, por lo tanto no viene a estos eventos.

Una fuerte risotada me saca de mis pensamientos, miro de donde proviene y observo a Kate Adams. Kate es el típico prototipo de "chica perfecta". Alta, rubia, delgada, ojos claros, fue animadora en el instituto y tengo entendido que estudia ciencias políticas y sale con el hijo de un importante empresario. Lamentablemente no todo es color de rosa, y hace unos años la dulce Kate abortó después de enrrollarse una noche con un músico de Ohaio. Aunque sus padres intentaron ocultarlo por todos los medios, por que claro, ¿Cómo su perfecta hija va a quedarse embarazada con 17 años? A día de hoy poca gente recuerda esa historia, pero a mí me enseñó que a veces no todo es tan perfecto como parece.

Llevo toda la noche sentada en mi mesa de donde no me he molestado en levantarme, ya que lo único que quiero es irme ya de una vez a casa. Bueno, mi casa hasta el lunes, ya que nos mudamos a otro barrio por que según mi madre el nuestro es peligroso, cosa que a mi me parece una gran tontería.

Oh dios... no vengas aquí... no vengas aquí...

-Phoebe hija, ¿Por qué no te levantas y vas a tomarte algo a la barra? Ahí están Alice y Lucy.-Es una pregunta pero su tono ya se que es como una orden.

-Mamá...por favor, aquí estoy bien, sabes que no me gustan estas fiestas... y menos me voy a ir con esas dos.

Veo como frunce el ceño y con solo su mirada ya me está reprendiendo

-Hija, por favor no hables así, venga, levanta y ve para allá.

Suspiro pesadamente y me levanto. Será mejor seguir la corriente a mi madre ya que si no no me va a dejar en paz en toda la noche. A mis 21 años me pregunto por qué sigo haciéndole caso. En una esquina de la barra se encuentran Alice y Lucy, me dirijo al contrario. Alice y Lucy eran amigas mías cuándo éramos pequeñas, íbamos juntas al colegio y nuestros padres eran amigos. Conforme íbamos creciendo me di cuenta de que no encajábamos de ninguna manera e incluso llegué a enterarme que iban hablando mal de mí a mis espaldas así que un día decidí dejar de un lado a las personas como ellas, que sólo están a nuestro alrededor para hacernos daño.

Un barman bastante jovencito se acerca a preguntarme que voy a beber. Le pido un refresco ya que esta noche no quiero beber nada de alcohol. Miro la hora. ¡Las una y media de la mañana! ¡Estoy agotada! Y para colmo de males estos zapatos me están matando, no debería haberle hecho caso a Megan y habérmelos puesto.

El barman me pone el refresco y me sonríe de forma agradable. Le devuelvo la sonrisa y me doy la vuelta. Desde donde estoy tengo una gran vista de todo el salón, aunque a esta hora ya no hay tanta gente como al principio.

Observo a las pocas personas que quedan y mi mirada se fija en un chico. Bueno, más que un chico es un hombre, diría que llegará a los 30. Está de pie, apoyado contra una columna y parece igual o más aburrido que yo. No sé porqué no dejo de mirarle pero empiezo a estudiarle detalladamente. Parezco una acosadora en este momento. Es un hombre alto, parece mucho más alto que yo. Aunque no puedo quejarme ya que yo mido 1.70 cm y suelo ser la más alta de mis amigas. Tiene el pelo castaño y corto pero juraría que algo rizado por las puntas. Lleva un traje bastante curioso, no es nada parecido al que llevan el resto de hombres, podría decirse que es algo extravagante. No es ni muy delgado ni muy musculado y sin duda su punto fuerte son sus ojos, desde aquí parecen de color verde esmeralda. Me pregunto quién será. No vengo a muchas de estas fiestas pero ese hombre no me suena de nada, aunque a la vez se me hace conocido, como si ya lo hubiera visto antes. Sigo mirándole cuando de repente me mira, nuestras miradas se cruzan y mantengo la mirada aunque me gustaría apartarla ya que los nervios me están comiendo. Siento como cuando te pillan haciendo algo que no debes. Su mirada me escrutina de arriba abajo, cruzo mis brazos ya que su mirada me hace sentir desnuda.

Una voz me saca de mis pensamientos

-Phoebe, ya es hora de irnos...¡Phoebe!-mi madre me toca el homro y reacciono. Me vuelvo a mirarla.

-Si, claro, vamos.

Vuelvo a echar la última mirada al chico misterioso, pero ya no está. Paso mi mirada por toda la sala pero no hay ni rastro, es como si nunca hubiera estado ahí. 

---------------------------------------------------
OUTFIT de Phoebe
///ACLARACIÓN///
En esta historia la protagonista tendrá el físico de la modelo Barbara Palvin, aunque suba OUTFIT de otras personas

**See you again ** (HS)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora