CAPÍTULO 4

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No me puedo creer que me haya tirado toda la mañana en la cocina preparando las magdalenas. No me quejo por cocinar, realmente me gusta. Mi madre no es una gran cocinitas, pero a mi abuela le encanta y desde pequeña me ponía con ella a ayudarla en la cocina y de ahí mi pasión por ella. Lo que mas me gusta es cocinar dulces, son mi debilidad. Amo el chocolate, sobretodo el blanco.

Quizás sea buen momento para llevárselas a su casa. Me dispongo a prepararlas y cuando llego a su puerta me asaltan las dudas. Voy a matar a mi madre y en los líos que me mete. ¿Qué se supone que voy a decirle? Resoplo y respiro hondo. Bueno, será mejor acabar esto cuanto antes asi que no lo pienso más y toco al timbre.

Pasan algunos segundos y no se percibe ningún movimiento. Quizás no esté en casa, ¡Qué suerte! Voy a salir pitando de aquí. Cuando estoy por girarme el sonido de la puerta me detiene.

-Hola Phoebe.-Harry me saluda y esboza una ligera sonrisa.

No puedo evitar mirarle de arriba abajo ya que creo que es la primera vez que no lo veo en traje. Por el contario, lleva un pantalón ancho de algodón y una camiseta de manga corta blanca. Lleva su pelo húmedo por lo que supongo que acabará de salir de la ducha. La verdad es que todo lo queda bien, pero así incluso parece más joven. Creo que me he quedado demasiado tiempo en mis pensamientos cuando veo que me mira con gesto interrogante.

-Emm, Hola señor Styles, le traje las magdalenas de chocolate, espero que le gusten.-le sonrío y le acerco la cesta.

-Por favor llamame Harry, que no soy tan mayor. Lamento haberte dado trabajo, pero tu madre ha insistido tanto que no supe decirle que no.-Parece realmente apenado con la situación. ¡Que mono!

-Oh, no te preocupes, ella es así, pero realmente no ha sido ninguna molestia.

Sonríe y me pregunto si es que pasa todo el día sonriendo, aunque no seré yo la que se queje por eso.

-¿Estás ocupada Phoebe? ¿Por qué no entras y te invito a tomar un té y probamos tus fantásticas magdalenas? Tienen muy buena pinta y es lo menos que puedo hacer después de la molestia.

Abro un poco los ojos sorprendida. Esto si que no me lo esperaba. ¿Qué se supone que debería hacer ahora? Esto no lo tenía planeado. Se supone que yo vendría le daría las magdalenas y me iría a casa.

-No quiero molestarte Harry, de verdad que no te preocupes

-Para nada molestas. Insisto, por favor

Me mira fijamente a los ojos y me siento incapaz de decirle que no. Asiento y se hace a un lado para que pase.

Cierra la puerta y me guía por la casa hasta un bonito salón decorado al más puro estilo moderno, es increíble. La casa es prácticamente igual que la mía en cuanto a distribución. Aquí tiene unas gran ventanales que dan al jardín, donde se puede ver la piscina. Tiene unos sillones de piel grises preciosos. Creo que he vuelto a irme a mi mundo por que Harry me mira con curiosidad.

Me pongo roja sin poder evitarlo. La maldita manía mía de quedarme mirando todo.

-Lo siento Harry, es que todo esto es precioso

-No te preocupes, me alegro de que te guste. Tengo entendido que te gusta mucho el tema de la decoración

Me quedo boquiabierta y no tengo ni idea de cómo lo sabe. Es decir, apenas nos conocemos y yo no se nada sobre él. Él debe notar mi sorpresa ya que veo como se pone un poco nervioso y se apresura a contestarme.

-Me lo dijo mi padre. Hemos estado hablando y le comenté que erais mis nuevos vecinos y bueno, me habló un poco de vosotros.

Siento alivio al pensar que no es puto psicópata obsesivo.

-La verdad es que sí que me gusta mucho el tema de la decoración y el diseño de casas, hice algunos cursos, pero lo que realmente estudio es Derecho, ya estoy en mi tercer año ya y tú, ¿A qué te dedicas Harry?

-Vaya, eso es estupendo. Seguro que serás una muy buena abogada en el futuro.-me guiña un ojo y no puedo evitar sonrojarme levemente.-Yo estudié dirección de empresas y me ocupo de varias empresas de mi familia y de algunas propias.

-Eso es genial. Eres todo un hombre de negocios, supongo que tiene que ser difícil estar al mando de tantas cosas. ¿Y vives aquí tu solo?-Me arrepiento en el mismo instante en el que hago la pregunta. Mi mente me ha jugado una mala pasada y no he pensado antes de hablar.

-Pues sí, vivo yo solo. Imagino que piensas que esta casa es demasiado grande para mí, créeme yo también lo pienso-ambos reímos-Bueno, también está aquí Lola, que es la que se encarga de cuidar de la casa.

La recién mencionada Lola aparece en la sala con un bandeja con el té. Parece una mujer de la edad de Ginny, a diferencia de ella, esta mujer tiene el pelo castaño recogido en un moño perfecto y está algo rellenita. Deja la bandeja sobre la mesa y antes de irse me dedica una sonrisa. ¿Será contagioso eso de sonreir tanto?

-¿Quieres leche?-vuelvo a dedicar mi atención a Harry

-No gracias, me gusta solo con agua.

Bebo un trago del té, que por cierto está riquísimo. Harry prueba una de mis magdalenas y no para de alagarme. Debo de estar como un tomate en este momento.

La verdad que la primera vez que hablamos pensé que era un poco serio, pero la verdad es que es un hombre bastante simpático e incluso divertido. 

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FOTO: magdalenas cocinadas por Phoebe

**See you again ** (HS)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora