I'l Insegnante: El profesor

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La clase continuaba y la baba se acumulaba cada vez más en mi barbilla, ¿Como rayos pretendían que prestara atención a la clase, si tenía al profesor más guapo del mundo frente a mí?

-Muy bien chicos ahora, ripeti dopo di me(repitan después de mí)
Ciao-

-Ciao-

- come stai?-

- come stai?-

- Io bene e tu?-

- Io bene e tu?-

-Eccellente, ustedes aprenden muy rápido y en cuanto menos lo piensen ya estarán parlando Italiano-

Lo dudo, lo único que aprendi hoy fue a decir "Hola" y a este paso no creo que pueda aprender algo más.
Faltaba tan solo cinco minutos para que la clase finalizara, Cristina quien apesar de que se había dado cuenta de mi estatus toda clase, no se inmutó a siquiera decirme una palabra supuse que estaba disfrutando mucho del momento, asi que la deje.
Recorrí con la mirada cada parte del cuerpo de mi profesor de pies a cabeza y viceversa hasta que mis ojos pudieron percibir un anillo de oro situado en su anular.

¿Adivinen que? estaba casado.

El timbre sonó en señal de que la clase ya había culminado, todos tomaron sus cosas y se retiraron del salón, Cristina y yo de igual forma, solo que nosotras a un paso lento aún queria sentir el aroma del profesor inundar mi sentido del olfato.

- Al menos ¿Podrías disimular?- me susurró.

- ¿Cómo me pides eso? Cristina, ese profesor es demasiado guapo.

- Lo sé pero no por eso tengo que comérmelo con la mirada-

- No me culpes ¿si? Es solo que es algo muy extraño e inexplicable, es una sensación muy rara que yace dentro de mí y no logro entender que es.

-Espera un momento Diana, ¿Tú crees que él podria ser...?

- ¿Qué es lo que te pasa no lo has visto bien? Está casado.

- ¡¿Que?! ¿Como que casado?
- Sí Cristina, casado. Él ya tiene una esposa a la que de seguro debe amar con toda su alma.

- ¿Y eso que? Sabes perfectamente que los ZIGORTS pudieron haber enviado al que sea.

-¿ Y tú crees que serian tan idiotas de traerlo justo al lugar en donde estudio?

- ¿Tal vez no sean tan malos después de todo?-

-Por supuesto que lo son y esa es exactamente la razón del porque él esta aquí-

Sentía que pequeñas gotas saladas empezaban a brotar de mis ojos y esque la impotencia del saber porque los ZIGORTS, mis creadores aparentemente, me lo enviaron; me estaba consumiendo.
Él estaba casado y eso lo explicaba todo... jamás le quitaria el marido a una humana a la que ni siquiera conosco.

¡Jamás!

Sé que sacar conclusiones ahora es demasiado rápido y que tal vez no sea lo mejor para mí, considerando que apenas tengo quince años y él de seguro unos veinte ¿Pero que hago? ¿Que?.

Llegue exhausta a mi hogar. Cristina me había acompañado, ella no queria dejarme sola y ahora con todo esto, menos.

Entre a mi hogar y fuí directo a mi alcoba, lloré y lloré quería botar todo eso que me estaba carcomiendo por dentro, la desesperación, la angustia y el miedo que nacía. Todo eso me estaba matando.
Lucian, ¿Porque rayos entraste a mi vida? ¿Cual es tu objetivo? ¿Cual?
Con los ojos inchados y llenos de lágrimas me quede dormida.

*****
-Diana...Diana...¿Diana?-

La voz de alguien que no reconocía susurro mi nombre tres veces.
Mis párpados pesaban y sentía las pestañas pegadas, supuse que era por las lágrimas que se habían quedado impregnadas en mis ojos.

Al abrirlos pude divisar al ser que estaba frente a mí.
Era muy extraño, no entendía que hacia allí. Tenía la piel muy blanca y un par de ojos chinos que no dejaban de mirarme.
Lo que llamaba mi atención era la marca que llevaba en la frente, como una especie de código que no podía desifrar, el cual tapaba muy bien unos cabellos marrones lisos que estaban completamente desordenados.
Me quede helada y sin poder decir ni una sola palabra, hasta que logre articular dos.

Solo dos.

-¿Quien eres?-

- Hola Diana, soy Kim-

Amore StregaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora