Lo que nadie sabe [JongKey]

1 - Jonghyun sabe.

Todos los días lo veo desde mi ventana. Su casa era de un solo piso, la mía de dos y quedaba justo frente a la suya. Se había mudado junto con su padre a mediados del año pasado.

No sé su nombre, ni qué edad tiene, pero en varias ocasiones le he visto danzar en la azotea de su morada; sujetando con sus brazos delgados, entre sus manos, una fea muñeca de porcelana; con la cabeza quebrada, las ropas rasgadas y los orbes sumidos. Sucia y a mi criterio mal oliente, pero que aun así, él seguía apretándola contra su pecho, lanzándola al aire y atrapándola en el proceso. A veces simplemente se quedaba quieto, contemplándola y sonriendo al hacerlo.

Sin embargo, su forma de comportarse al... ¿jugar? con la muñeca, no era lo más extraño en este chico, sino la aparente e imperiosa necesidad que tenía por pintarse los labios y delinearse los ojos. Me había tocado observarle al hacerlo, cómo pasaba con delicadeza el labial por sus pequeños labios, la forma en que los movía de adentro hacia fuera en busca de que no quedara un solo rincón sin retoque, el movimiento trémulo de sus manos al deslizar por sus párpados superiores el cosmético en forma de pincel, para que después de unos minutos, tras observarse en un pequeño espejo de mano que sacaba de su pantalón, se echara a llorar, dejándose vencer por unas gruesas lágrimas camicaces, huyendo de sí mismo y de algo que seguramente nadie entendería, encontrando refugio entre sus manos de dedos largos y uñas mal pintadas.

Era un llanto casi silencioso, delatado por su entrecortada respiración y sus hipidos lamentosos.

La primera vez que lo había visto llorar de aquella forma, había deseado saltar por mi ventana y llegar hasta él para poder consolarlo, como un héroe de película, sin importar que no nos conociéramos.

Aunque la verdad era otra.
Yo le conocía.

Porque aunque él no lo supiera, yo era el único que sabía de sus escapadas a la azotea, de su muñeca rota y de su kit de maquillaje barato.