Lo que nadie sabe [JongKey]

5 - Con el tiempo se sabrá, III.

| Jonghyun |

La profesora había ingresado repentinamente al salón, saludando alegremente y presentándose, avergonzando a unos desdichados al hacerlo también. Tortura psicológica.

―Kim Jonghyun.

Justo ahora la señora está tomando asistencia.

―Kim Jonghyun.

Sentí un pequeño empujón en la nuca, cortesía de quien sea que se sentaba atrás de mí.

― ¿No vino Kim Jonghyun?

Reaccioné.

―Aquí―contesté rápidamente alzando mi brazo para hacerme notar. Inútilmente, pues la maestra no se dignó a mirarme, espero que sí a escucharme.

En el salón había más niños que niñas. Seguramente nos convertiríamos en un grupo problemático. Simplemente genial.

―Kim Kibum.

Esperen... ¿Qué?

―Aquí, presente.

¡¿Aquí?!

Dirigí mi mirada hacia la dirección en la que se escuchó esa voz y, lo que empezó como un cotidiano pase de lista que no me interesaba, se transformó en una irrefrenable curiosidad por saber si se trataba del mismo Kibum que yo conocía.

Sí. Ahí estaba él.

...y justo en ese momento, nuestras miradas conectaron por primera vez.

Verano, 25 de agosto del 2003.

La llovizna cayó de manera tan imprevista que, viéndome imposibilitado de seguir mirando por la ventana ahora vestida en gotitas, no me quedó más remedio que poner atención a la clase. O al menos eso intentaría.

Kibum sentado detrás de mí, parecía tener una especie de tic en el pie, que insistente golpeaba una y otra vez la suela de su zapato contra el piso, podía sentir los movimientos de su rodilla rozando en mi espalda baja.

Nunca antes me había sentido tan consciente de una sutil cercanía como esa.

Y por supuesto, mi primera vez tenía que ser con él.

¿Existía alguna conexión entre nosotros? ¿Era eso?

No. Nosotros ni siquiera hablábamos.

.

¿Qué sabía Kibum de mí?

...¿Qué sabía yo de él?

Otoño, septiembre del 2003.

Había una mujer en la azotea de la casa de Kibum.

Kibum también estaba ahí, parloteando interminablemente, gesticulando con cualquier parte de su cuerpo que pudiera usar, al parecer dispuesto a expresar hasta el más mínimo detalle de lo que fuera que estuviera diciéndole a la mujer.

¿Era ella su mamá?

Pero Kibum vivía sólo con su padre, ¿no?

Curioso centré más mi atención enfocándola en la mujer, y me pegué a la ventana, como si la verdad me fuera a ser revelada por mirar más de cerca.

Y así fue.

Cuando logré divisarle después de unos minutos, empecé a entrelazar todo, encontrando y dándole razón a esto.

En realidad... Ella era su papá.