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Los días pasaban tan rápido como venían, la soledad se hacía presente en aquel cuarto oscuro donde ahora nunca faltaba oírse el llanto de alguien, nadie se atrevía a tocar o entrar porque sabían que si lo hacían recibirían los gritos desesperados de ella pidiendo que se fueran, nadie sabía cómo es que ahora estaba en lo profundo de un hoyo donde únicamente se respiraba la depresión del lugar, nadie sabía cómo hacer que despertara y que ella los dejara salvar de los demonios que se estaban aprovechando de ella.

Pero mentía diciendo que no había nadie, porque si lo hay y él es el único que puedo ayudarla.

Hate Me » L.P ✔ EN EDICIÓNDonde viven las historias. Descúbrelo ahora