Lazos de amistad

Primera parte

El día comenzaba como cualquier otro, levantarse temprano, planear una broma para Yuuta, entrenar con Sanjo; todo transcurría con normalidad y parecía que iba a ser un día como cualquier otro. Ibuki no sabía la aventura que le esperaba en ese día. El entrenamiento había sido igual de arduo que todos los anteriores, sin embargo Ibuki se valía de toda su experiencia, toda su fuerza y toda su concentración. Habilidades conseguidas a lo largo de años de entrenamiento, había alcanzado cierto nivel que le permitía hacer todas sus pruebas con una naturalidad asombrosa, ella estaba lista, se repetía eso cada día desde hace tanto tiempo que por fin estaba segura de sí misma.
El entrenamiento había concluido, tras una breve felicitación de su maestro se encaminó a casa con Yuuta a su lado. 

- Estoy cansada de lo mismo Yuuta - se quejaba Ibuki una vez más. -Siento que es momento de probarme a mí misma y a la aldea de lo que soy capaz - concluyó Ibuki.

Yuuta, que quería a Ibuki como a su hermana, se mostraba comprensible. 

-Tal vez tengas razón, sin embargo Enjo debe tener sus razones por las cuales te mantiene aquí. Debes hacer que se dé cuenta que tu momento ha llegado - 

Yuuta siempre tenía las palabras exactas para tranquilizar a su inquieta y deseosa amiga. Sin embargo él lo sabía, su amiga era la mejor, una kunoichi en toda la extensión de la palabra. Por no mencionar lo hermosa que era, una personalidad radiante. Capaz de sacar una sonrisa a cualquier persona. Quizá fueran estas las razones por la cual él la quería tanto, más de lo que Ibuki sabía, inclusive más de lo que el propio Yuuta creía. El trayecto fue ameno, se hizo tan corto que antes de darse cuenta estaban frente a la casa de Ibuki.

-Ten un buen día en tu escuela - decía Yuuta mientras se despedía de Ibuki. -Gracias. Nos veremos por la noche, será mejor que me dé prisa o llegaré tarde - respondió Ibuki mientras corría a casa. Aun debía ducharse y ponerse el uniforme, Enjo le había dejado el almuerzo listo así que era una cosa menos por la que preocuparse. La plática con Yuuta había dejado pensativa a Ibuki, mientras tomaba el baño su cabeza le daba vueltas a la misma idea.

-Debo probarle a Enjo de lo que soy capaz. De alguna forma, cuando vuelva a la aldea esta noche, todos sabrán que estoy lista, que el momento ha llegado para mí, ¡el mundo está esperando!- pensó Ibuki mientras terminaba de arreglarse. Una vuelta más y la coleta estaba lista, se miró al espejo y reconoció con sinceridad y quizá un poco de vanidad cuan hermosa era.

-Estoy lista, llegó el momento... Ahora a correr o me perderé la escuela - a pesar de ser un poco impulsiva, si algo le habían inculcado en la aldea era cumplir con las obligaciones. Quizá no lo hacía siempre ni tal vez de la forma más eficiente, tal vez era por esto que Enjo no creía en ella totalmente.  -Hoy se lo demostraré - dijo Ibuki para sí misma mientras se dirigía a la puerta. 

Había llegado a la carretera en compañía de su amigo y mascota Don-chan; el autobús no tardaría en pasar, se había asegurado de que no hubiera nadie husmeando por los alrededores y tras haberse despedido de Don-chan y haberlo enviado a casa se encontraba oculta en un árbol, esperando. Cuando por fin escuchó el autobús, se preparó. Cuando éste pasó frente a ella se subió en el techo del autobús. Sus habilidades ninja se lo pusieron fácil. El movimiento para ella fue tan simple y sin embargo cualquier otro se habría quedado sorprendido ante tal destreza. No había nada que hacer, solo esperar el momento adecuado para bajar cuando llegara a la escuela. El trayecto fue tranquilo, y bastante rápido además. Cuando se aseguró que nadie veía, saltó del camión y empezó a buscar a sus amigas Sarai y Makoto. 

 No tardó demasiado tiempo hallarlas, decidieron encaminarse al salón de clase para esperar la primer clase. No hubo muchas nuevas que contar. Makoto había ganado un título más y Sarai había conocido un nuevo chico...