Tercera parte

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El día de clases había terminado, Ibuki se había despedido de sus amigas, necesitaba pensar. Decidió ir a un parque cercano y comer un helado. Tal vez con el estómago lleno se le ocurriría alguna idea. Estaba sentada bajo un árbol, comía alegremente su helado cuando de repente escucho algo muy extraño 

-¡¡Ayu...mph!! -

Nadie se había percatado de eso más que ella. Sabía que una vida como ninja había pulido todos sus sentidos, decidió confiar en ellos y buscó de donde fue que provenía aquel grito. Subió a la copa del árbol y buscó por cualquier cosa que le pareciera sospechosa. De pronto lo vio, un auto negro sin placas moviéndose como si alguien peleara en su interior. Decidió que era momento de actuar. Tomo una bomba de humo y la arrojó. En un abrir y cerrar de ojos estaba lista, se había cambiado su uniforme escolar por su atuendo de ninja. Sin pensarlo más se aproximó al auto, tenía las ventanillas polarizadas por lo que no pudo apreciar bien a sus ocupantes... PUM! Alguien había sido arrojado contra la ventanilla trasera. 

-Esa chica, ¡¡la conozco!! Es la oficial de interpol que había conocido en el torneo pasado- no recordaba el nombre pero sabía que era una tipa dura no se explicaba como la habían podido capturar. Era ahora o nunca. Se percató que había unos seis sujetos atentos al auto, tres autos iguales estacionados junto con su objetivo. -¡¿Qué pasa con la gente en esta ciudad que no se da cuenta de nada?! - Se dijo a sí misma mientras planeaba su ruta de acción. Eliminaría uno a uno a todos los tipos que vigilaban, después se encargaría del auto. Fue contra el tipo que estaba más lejos. Pan comido. Ni siquiera notaron cuando desapareció. Fue contra el siguiente, lo abatió enseguida. Y otro más.

- Acabaré con ellos antes de que se den cuenta- pensó Ibuki, sin embargo los guaruras se habían percatado. Tenía que darse prisa. Abatió a dos más. 

-Solo uno más - se dijo a sí misma. Cuando fue por él alguien detuvo su ataque.

-Eres muy ágil niña mapache - No podía creerlo, era la tipa loca con el ojo extraño. Ibuki sabía que se había metido en un gran lío, esa mujer estaba loca. 

- ¿Que tienes contra la oficial? - pregunto a la mujer. Ésta sin dejar de sonreír dijo.

-Con que lo sabes, comprenderás que no te puedo dejar ir así como si nada, como yo lo veo te quedan dos alternativas: dejas que te lleve conmigo o te preparas para una muerte lenta y dolorosa -  Arrastraba las palabras, Ibuki sabía que debía actuar con cuidado, esa mujer era en extremo peligrosa 

- ¿Qué me dices de la tercera? Esa en la que yo pateo tu trasero y me llevó a la oficial -

-Eres muy graciosa niña - replicaba Juri, -espero que seas igual de entretenida para jugar conmigo- Sin más se lanzó al ataque, era muy veloz, Ibuki sabía que si cometía un error todo habría acabado.

¡PUM! ¡ZAK! ¡SMASH! Ibuki hacia todo lo posible para seguirle el paso.

-No lo haces nada mal niña, pero tengo prisa y debemos terminar con nuestro juego ahora. - Su ojo izquierdo comenzó a brillar y se tornó de color rosa muy intenso. En solo un parpadeo la mujer se había acercado a solo milímetros de Ibuki.

-Duerme bien - le susurró. Antes de que pudiera reaccionar la mujer empezó a lanzar ataques a diestra y siniestra. A Ibuki le fue imposible bloquear todos, hubo un momento donde atravesó su defensa, Ibuki no sabía qué hacer. Le estaban dando una paliza y no podía hacer nada para zafarse. ¡PUM! ¡PUM! ¡SMASH! ¡CUAZ! ¡PUM! Ibuki no dejaba de recibir golpes, en el estómago, en el pecho, en las piernas y cuando ya no podía más recibió un doloroso golpe más en el estómago, arrojándola varios metros. Estaba en el suelo, tenía mucho dolor, sabía que todo había terminado. Cuando pudo levantar la mirada la mujer estaba sobre ella. 

Lazos de amistadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora