G A M E S. {Justin Bieber} #2 ©

{trece}

«I am pregnant»

El ruido de la molesta alarma entró por mis oídos nada más que para molestar y despertarme de mi plácido sueño.

Cogí mi móvil y deslicé el dedo por la pantalla, haciendo que quede desbloqueado y el ruido de la alarma cesara.

Me giré y observé a Justin. Una sonrisa se dibujó en mis labios y me levanté. Recogí su camisa del suelo y me la puse junto con mis bragas.

Me encaminé al baño para lavar mi cara, los dientes y hacer mis necesidades. Después fui a la cocina para preparar el desayuno y lo coloqué sobre una bandeja. Volví al cuarto de Justin y dejé la bandeja sobre mi lado de la cama. Me incliné y moví levemente a Justin.

—Bello durmiente, despierta—, susurré y no obtuve respuesta alguna de su parte. Lamí mis labios y los posé sobre los suyos, consiguiendo que se despertase. Sonreí—. Buenos días, dormilón.

—Ay, nena. ¿Qué hora es?—, preguntó mientras se sentó en la cama y se estiró.

—Las 07:13 de la mañana—, lo observo y me acuerdo que él sigue desnudo. Me sonrojo levemente.

—¿Y que hacemos despiertos?—, mira hacia el desayuno y después a mí.

—Porque, por si no lo recuerdas, hoy es un lunes más en el que debo ir a la Universidad—, susurré, pensando en que todos iban a estar pendientes de mí.

—¿Estás segura de que quieres ir?—, me preguntó algo preocupado. Asentí con una sonrisa.

Después de esa pequeña charla, comenzamos a desayunar y Justin hacía algunas tonterías con la comida. ¿De verdad este chico iba a cumplir 20 años? Porque comenzaba a dudarlo.

10 minutos después Justin me ofreció su coche deportivo para ir a clase. Al principio me negué pero me dijo que sino, me llevaría él mismo y eso si que no me apetecía, así que me convenció de ir con su coche.

Me levanté y cogí sus bóxers del suelo, tendiéndoselos para que se los pusiera. Él me observó y sonrió de lado. Cogió mi mano y me sentó sentó sobre él, yo aún con sus bóxers en la mano. Apoyó su mano sobre mi mejilla y me acercó a él, posando sus labios sobre los míos, regalándome un dulce beso. Sonreí sobre sus labios y mordió mi labio. Dios, lo amaba demasiado.

—Justin, no quiero llegar tarde—, susurré y él me miró a los ojos.

—Nena, sé a que hora entras, tienes bastante tiempo hasta las 08:30—, besó de nuevo mis labios. Sonreí.

—Oh, ¿y de dónde sabes tú eso?—, pregunté divertida. Él sonrió y relamió sus labios.

—Desde que le pregunté a mi hermana a que hora entra. Y no creo que entren a horas diferentes. ¿O sí?—, acarició mi cintura.

—No, entramos a la misma vez—, susurré con una pequeña sonrisa en mis labios.

—¿Entonces necesitas mucho tiempo para prepararte? Porque para ir a ese infierno no te he visto maquillada—, añadió y me hizo reír. Negué y le di un beso.

Cogió su camiseta, cual llevaba yo encima, de los bordes y me la quitó. Dejé lentamente su bóxer sobre la cama y lo besé. Con sus manos acarició mi espalda, provocando que sintiese pequeños escalofríos y jadeé. Estábamos a la misma altura, ya que él estaba sentado. Decidió medio-tumbarse y pellizcó suavemente mi pezón. Gemí suavemente y cerré los ojos. Su boca estaba sobre ellos ahora, chupando y lamiendo lentamente. Escuché el teléfono del apartamento y mordí mi labio.

—Cariño... deberías con... contestar—, gemí e, involuntariamente, me moví sobre él.

—Cuando vuelvas de la Universidad, te voy a violar y vas a disfrutar mucho—, susurró en mi oído y mordí mi labio—. ¿Puedes ir tú? Así me da tiempo para vestirme—, asentí y me levanté. Volví a ponerme su camisa y fui corriendo a coger el teléfono.