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Charlie
El molesto sonido chillón de la alarma resuena por toda la habitación, irritada levanto el brazo, aun sin abrir los ojos buscando el maldito aparato, oigo un golpe amortiguado, lo cual significa que se ha caído, pero aun sigue sonando. Suelto un improperio con la boca en la almohada, me remuevo en la cama para quitarme las cobijas de encima y con el pie logro presionar el botón de la alarma. Adormilada camino arrastrando los pies hacia el baño, dejo que el agua fría de la ducha me despierte y termino dando respingos.
-¡Charlie! Apresúrate o llegarás tarde a la escuela -grita la voz masculina de mi padre desde el piso de abajo.
Me visto rápidamente con lo primero que encuentro, tomo mi morral, bajo corriendo las escaleras, para luego sentarme en una de las desvencijadas sillas del comedor. Papá me sirve tostadas y huevos con tocino.
-¿Qué te he dicho sobre el cabello? -me regaña, señalando mi melena mojada que gotea sobre mi espalda.
-Tu me apresuraste -replico sirviéndome jugo de naranja.
-No...Billy quería que te apuraras.
Dirijo la vista hacia el pequeño niño sentado frente a mi, quien lee atento lo que dice su caja de cereales favorito.
-¿En verdad apuraste a tu querida hermana? Malvado -digo fingiendo indignación, a lo que el niño levanta la cabeza, asiente y sonríe.
-Recuerda que es su primer día de escuela -comenta el hombre revolviendo con cariño el cabello castaño del niño.
-Pues vamos entonces.
-Tranquila saltamontes, termina tu desayuno primero.
Obedezco y él se quita el delantal de cocina que trae sobre el traje del trabajo, para sentarse a tomar su café.
El trayecto hasta la escuela, es de lo más ruidoso, porque no cesamos de decirle a Billy lo increíble que es la escuela, todo lo que hará, de lo agradables que son los maestros y las cosas que aprenderá. Creo que nosotros estamos más nerviosos que él. Papá mueve los dedos rápidamente en el volante, se que está tratando de ocultar lo evidente, lo que ha ambos nos preocupa.
Mi hermanito no pudo ir a un jardín de niños, porque requería atención exclusiva por su problema, así que papá trabajó como burro para pagar un profesor particular que le enseñara a Billy a comunicarse y a nosotros a entenderle, ya que la mayoría del tiempo no sabíamos, qué es lo que quería. Me pasé tardes enteras estudiando el lenguaje de señas con papá hasta que logramos utilizarlo fluidamente.
Esta es la primera vez que mi hermanito se relacionará con niños de su edad y temo por eso, a veces pueden ser tan crueles, odiaría que lastimaran a Billy, si pudiera quedarme con él en todo momento para protegerlo, lo haría pero sé que este es un paso que tiene que darlo solo.
-¡Llegamos! -anuncia papá mirándonos desde adelante. Bajamos del auto lanzándonos miradas cómplices.
El niño se mueve inquieto, observando curioso el edificio de dos pisos que rebosa color y vida. De cinco escuelas, esta fue la única que aceptó tener a mi hermano, hablaron con todo el personal explicándoles la situación, ellos entendieron al instante, prometiendo ayudar en lo que pudieran para que se adaptara lo antes posible.
Papá se arrodilla frente a Billy, apretando sus bracitos.
-¿Tienes tu pizarrita? -le pregunta. El niño busca debajo de su chaqueta extrayendo la pequeña pizarra, que luego cuelga de su cuello gracias a una cuerda de goma que le incorporó papá. Billy tuvo que aprender a leer y a escribir anticipadamente para poder entrar a esta escuela, vale decir que no le costó para nada aprender pese a su discapacidad. Es un niño realmente listo.
Saco de mi morral un estuche de cuero negro que contiene plumones y un borrador y se lo entrego, él me abraza con fuerza y correspondo, besandole la coronilla.
-Diviértete -musito, él se separa de mí y me hace una seña que entiendo perfectamente- yo también te quiero.
Papá se despide dándole besitos por todo el rostro y luego le da un abrazo de oso, provocando una sonrisa de oreja a oreja por parte del niño.
-Te amo, te amo...nos vemos campeón -lo deja de pie. Billy nos mira unos segundas con esos ojos grandes y azules tan profundos que tiene para luego alejarse, desapareciendo entre la multitud de niños. Se me encoge el estómago al verlo distanciarse, pero me obligo a sonreír y subir al auto. Papá hace lo mismo, sin embargo al momento de encender el motor, oigo un sollozo.
-Que llorón eres papá -digo socarronamente. Este hombre es un sensible. Recuerdo cuando fue mi primer día de escuela, sus ojos brillaban por las lágrimas y mamá le daba codazos en las costillas para que no me asustará mas de lo que estaba, eso fue cuando vivíamos en Inglaterra.
-Más vale que cierres tu boca de adolescente o te vas caminando a la escuela -amenaza saliendo del estacionamiento.
Diez minutos después ya estoy en mi escuela saliendo apresurada del auto.
-Hey jovencita, ¿no piensas despedirte de tu viejo? -grita papá a mi espalda.
Me vuelvo y sacudo la mano. Puedo oírlo bufar antes de irse.
-¡Charlie!
De entre la horda de estudiantes zombies mañaneros, sale un chico alto de cabello rubio alborotado, bastante desgarbado; viste una camisa a cuadros horrorosa y unos pantalones café claro perfectamente planchados; en sus brazos sostiene varias carpetas. Llega corriendo hasta donde estoy yo.
-Hola -dice jadeando- he investigado lo que me has encargado sobre los experimentos y ¿a que no sabes que...
-Jared, ¿qué tal si vamos con los demás y hablamos? -lo interrumpo sin dejar de caminar, el chico me sigue hasta que llego a mi casillero, retiro algunos cuadernos y papeles de mi reciente investigación. Cierro la puertecita de metal y doy un bote al ver a alguien recargado en los casilleros observándome con una sonrisa arrogante.
-Bonita, ¿qué haces tan temprano con un perdedor? -dice burlón lanzando una mirada de soslayo por sobre mi hombro.
-Dímelo tú, perdedor -digo y con la palma de la mano empujo al chico, abriéndome paso por el pasillo, me detengo frente a un salón con un letrero que dice: "no entrar a menos que tengas un notición". Giro la perilla y enseguida Shelby, mi mejor amiga me recibe con un vaso del típico té helado que sirven.
-Por poco te quedas sin nada, Rocky acabó con toda la jarra -señala fulminando con la mirada a un chico de piel oscura, el aludido levanta el pulgar relamiéndose los labios. No puedo evitar reírme.
-Oye, ¿y mi bebida? -protesta Jared.
-Conmigo no te quejes, te advertí que te la bebieras pronto -refuta la chica resoplando y acomodándose los lapices que usa en el cabello de arcoiris.
-¿Podríamos volver a lo que estábamos? -ordena una joven de actitud seria escrutándonos reprobatoriamente.
-Liss tiene razón -digo -¿y en que estaban?
-Jared nos iba a contar sobre el tema "experimentos" -responde Rocky en voz alta haciendo comillas en la última palabra en afán incrédulo. Jared se levanta las mangas de la camisa y abre las carpetas, esparciendo los papeles por la mesa de vidrio, la cual rodeamos.
-Bueno, ya que estamos todos.
-No todos, aun falta "Don grandes bíceps" -corta Shelby poniendo los ojos en blanco.
-Lo vi en los casilleros, creo que iba a por sus esteroides -bromeo provocando risas.
-Claro que iba a por ellos, ya sabes que me gustan con una buena lata de Coca- cola -dice el aludido en la puerta. Todos giramos la cabeza.
-Al fin te dignas a venir.
-Serenos, ya pueden empezar, con lo que sea que estén haciendo.
-Eh, estaba a punto de contar lo de los experimentos -vuelve a decir Jared con un tono nervioso en la voz.
-Pues hazlo, cerebrito -el chico se sienta a mi lado posando la lata de bebida en uno de los papeles apropósito y descansando su congelada mano en la mía, cosa que aparto de una sacudida.
-Concéntrate John...no es tan difícil, o ¿sí? -regaña Liss- y tu habla ya -agrega señalando a Jared.
-"Un grupo de científicos, apoyados por las fuerzas armadas y el gobierno han estado desarrollando un experimento denominado "súper soldado", que busca fortalecer la defensa y ataque de nuestro país en caso de guerra...y ya saben que hay una gran tensión con China sobre la competencia de potencia mundial comerciante, hasta se ha hablado de bombas nucleares o virus letales que se pueden soltar, si todo se sale de control.
Estados unidos quiere tener una carta bajo la manga y por eso ha tratado de dotar a seres humanos con capacidades extraordinarias, como la super fuerza, visión nocturna, oídos capaces de escuchar al enemigo a kilómetros de distancia, entre otros. Estos soldados arrasaran con cualquier oponente, obviamente si logran aceptar en su organismo la cantidad de químicos que usarán en ellos. Se rumorea que han estado utilizando a los mejores soldados, voluntarios por supuesto, aunque esa es la versión del gobierno. Otros dicen que usan niños de orfanato o vagabundos, personas que nadie reclamara, misteriosas desapariciones. Eso ha provocado repudio, tanto así, que se convocó a una manifestación esta noche. Los hackers de mi blog online han descubierto la dirección exacta de los laboratorios".
Cuando el chico termina de hablar todos nos miramos con dudas.
-¿Y donde quedan? -pregunto interesada. Podría ir a fisgonear un rato. Necesito saber más.
Jared busca en sus carpetas y nos entrega un folleto a cada uno. Lo veo y no puedo evitar refunfuñar.
-Esto queda a más de tres horas! -exclama Shelby.
-No voy, ni aunque me paguen -dice John poniendo las manos tras la cabeza balanceándose en la silla.
-Yo voy, si o si -digo decidida.
-Aunque podría considerarlo -se apresura a aclarar el chico musculoso, logrando que lo fulmine con la mirada.
-Charlie, no puedes ir a un lugar tan lejos en plena noche solo por un tema que, ni siquiera tenemos la certeza de que sea cierta -replica Liss observándome como si estuviera loca.
-¡Hey! Los hackers nunca me han fallado -suelta Jared enfadado.
-¡Ay si! Los hackers -chilla John imitando a una puberta- ¿por qué no les pides que te quiten la virginidad? -agrega. Me hace un poco de gracia, pero aguanto la risa, aunque los otros no son discretos, ya que se desternillan.
Jared sale de la sala hecho una furia, dejando los papeles en la mesa. La verdad es que me da un poco de pena que John lo moleste siempre, pero ya lo he regañado, ¿qué más puedo hacer?
-Eso ha sido cruel John.
Él se encoge de hombros y vuelve a tomar la lata de coca- cola.
-Sabes que Charlie, yo te acompaño a tu búsqueda sin sentido -anuncia Rocky sonriendo- incluso llevaré mi cámara para grabar tu decepción.
-Gracias Rocky -digo sardónica.
-Yo los llevaré -avisa John- pero es lo único que haré.
-Y tu Liss, ¿te apuntas? -pregunta Shelby.
-No gracias, no me meto en esas cosas.
-¿Temes arruinar tu papel de niña perfecta? -suelto cruzándome de brazos. No se porque Liss es tan anticuada, ni porque le importa tanto la opinión de sus padres, a veces resulta desesperante.
-Exactamente -masculla- aunque tu ni siquiera te esfuerces, al parecer haces lo que quieres -pincha entornando los ojos.
El comentario me enfurece, aunque no replico, no quiero arrepentirme de nada de lo pueda decir y sobre todo a Liss, me entristeceria perder su amistad.
-Bueno que lastima.


Requiem: por un mundo obsoletoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora