Capítulo 25

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La dichosa puerta está frente a mí, no puedo dejar de temblar como una gelatina. Veamos, yo amo al hombre que está detrás de esta puerta con todo mi ser. Dudo que él me perdone después de saber lo ocurrido, aunque yo si le perdoné lo de la zorra del hotel.

La idea de ser rechazada otra vez en mi vida hacía arder mi estómago. Puedo sentir como el infierno se apodera de mí cada vez más.

¿Se lo tomaría mal? ¿Me gritaría? ¿Lloraría? ¿Se burlará de mi?

Nota mental: Después de todo esto, volver a Argentina unos días. Le pediré a papá que me consiga un lugar en la empresa de Madrid. Necesito trabajar, no puedo estar encerrada en el departamento para siempre.

-¿Zoey? ¿Qué haces aquí tan temprano? ¿Qué ocurre, por qué lloras?-La preocupación en sus ojos me hacían sentir peor. Ojalá alguien me arrastre con el diablo ahora, después de lo que le hice a esta gran persona.-Ven, pasa.

Me adentro en su casa y caigo de rodillas al suelo. Los recuerdos se clavan como mil agujas en mi pecho. Creo que él gritó. Lo que siento ahora es igual a cuando caí en el lago congelado, con Rubius. El mismo dolor.

-Siempre... me he preguntado por qué me pasaban cosas horribles.-Él se sitúa frente a mi, está tenso y asustado. Supongo que mi cara es un desastre.-Lo que siembro, cosecho. Yo siembro mierda y cosecho más mierda.

-No logro entender lo que intentas expresar...-Acaricia mi hombro con su tersa mano. Nunca me molestó que sus manos sean así, no me permito ver los defectos de los otros. Nadie logra tener más que yo.-Ve al grano, princesa. Por favor, me estás asustando.

-¿Cómo puedes llamarme princesa?-Susurré con pesar.-¿Cómo puedes amarme?

-¿Y por qué no?-Trató de darme una sonrisa. Trató.-¿Quién te hirió tanto como para tener miedo? Desde que te conozco has sido así.

No puedo seguir reteniéndolo, debo soltar la bomba e irme de aquí lo más rápido posible.

-Te he defraudado. Lo siento, en verdad lo siento. A-Anoche me acosté con Rubén.-No puedo dejar de mirar sus ojos, sin expresión alguna.

Y así sin más comienza a reír a carcajadas.

-Vaya, Foxy. Muy buena actuación, por un momento me lo creí. Me has asustado, chavala.-Se seca las lágrimas imaginarias e intenta levantarme. Pero decido quedarme en ese lugar. Así que se dedica a acariciar mi pelo rubio (Sí, volví al rubio).-Ya, detén la actuación, linda. Te he pillado.-Creo que mi fugaz mirada le hizo entender que esto no era de coña.-No... Dime que no lo has hecho.

Su cara de desesperación quedará grabada en mi conciencia hasta el día de mi muerte.

-Perdón.- Me levanto lentamente fijando mi vista en el suelo.-No mereces esto.

-¿Se cuidaron?-Negué frenéticamente con la cabeza y traté de acercarme, pero él se alejó mucho más. Sus manos no dejan de tirar su pelo.-¡¿Él tuvo un ataque?! ¡Dios mío, Zoey! ¡Te quitó la virginidad! ¡E incluso podrías estar embarazada!

Quise esconderlo, lo juro. No quería que él lo sepa, no era culpa de Rubius, la culpa había sido totalmente mía.

-Yo lo provoqué, fue mi culpa que él se enojara.-Se queda estático en su lugar por unos segundos y después en dos largos pasos estamos cara a cara. Lo abrazo con todas mis fuerzas, él no responde por un momento. Sin embargo, después si lo hace.

-Tú... ¿Lo has disfrutado?-Su respiración me da a entender que está llorando.

-Sí.-Me deslizo de sus brazos.-Mentalmente no, Slender me violó, Alex. Pero mi cuerpo respondió a él. Realmente lo siento, tengo que irme. No puedo verte así, mira lo que he hecho.

-Yo te amo.-Balbuceó entre sollozos.-Te amo tanto que me duele.

-Te amo más que a nadie, Alex. Pero merezco que me dejes, te he destruído.-Suelto un gran sollozo y silencio otro con mis manos.-Perdón.

Así sin más me volteo, y me retiro de su departamento. Dejo mis pies caminar sin ningún rumbo. No tengo ganas de volver a casa.

Las lágrimas dejaron de caer apenas pasé la segunda cuadra. Dejando pasar al enojo. Estoy enojada conmigo misma por hacerle esto a las personas. Le he cagado la vida a Rubius y a Alex.

Mis pies se detienen justo frente a una farmacia.

Benditos sean, pies. (Nótese el sarcasmo).

Decido dejar de dar tantos rodeos y entro. A pasos rápidos llego a la sección de mamás. Los test de embarazo están a cinco metros. Mi cabeza da vueltas al ver biberones, leche materna. ¡Cosas de bebé! Al fin llegué.

Ni siquiera sé que cogí. En menos de un segundo ya estoy en la caja. La farmacéutica (vieja) agarra mis pruebas de embarazo (agarré una de cada marca, al parecer).

Coge una en la mano y me dice que es la mejor, que no hacía falta comprar las otras.

-Déme 3 de esa marca, entonces.-Gruñí. Ya me estoy saliendo de la raya.

-¿Cual?-Pregunta inocentemente.

-¡LA QUÉ DÉ NEGATIVO!-Todo el mundo se da la vuelta para mirarme. Respiro profundamente y me disculpo.-No era mi intención.

La señora mayor sonríe y da la vuelta al mostrador para venir a mi lado. Me toma la mano como si mi abuela fuera.

-Sé que estás asustada. Pero no lo estés, tener un bebé es lo mejor que te puede pasar en la vida.

-¿Pero no entiende que aún no estoy lista?-Susurré con temblor.

-Calma, es mejor que te lleves esta la que te dije y vayas con una amiga u amigo.-Dijo tratando de serenarme.-Ve tranquila, y no hagas nada de lo que te arrepientas después.

No dije más nada. Compré la prueba de embarazo y me fui de allí lo antes posible a casa de Mangel. Supongo que no sabe nada de lo que pasó con Rubius ayer. No sé cómo explicárselo.

De camino a la casa del andaluz sentía los nervios y la adrenalina comiéndome viva. No quiero de positivo, no estoy preparada mentalmente, para tener un bebé. Sé que es lo más caótico y también "bonito", pero no. En estos momentos para nada.

Además, que haría si llega a dar positivo. ¿Cómo se lo diré a Rubius o como se lo tomará Alex? O como reaccionarían todos al saber que el bebé es de Rubius y no de mi ahora ex-novio. No quiero decir que no quiera tener un hijo alguna vez pero, no lo quiero ahora.

Llegué a casa de Mahe lo más rápido que mi pierna con el yeso pudo. Toqué la puerta casi tumbándola. Los vecinos me maldicen cosas que me obligo a no escuchar, no pueden juzgar estoy nerviosa. Seguí tocando hasta que no sentí más la puerta chocar con mi puño. Mangel me fulminó con la mirada al principio, hasta que se dio cuenta de quien era la que casi tira su puerta abajo.

-¿Que' pasah? ¿Sucedió algoh?- Pregunta nervioso. Por su mirada sé que esconde algo.

Sacudí mi cabeza en señal de sí y entré a su casa sin que él me diera paso. Saco la prueba de la bolsa y se la enseño.

-¿Te haráh una prueba de embarazoh?-Titubea pero al final lo suelta.- ¿Eh de Rubiuh? Éh' me loh ha contao'.

-Sí. Debo hacerlo, tengo que saber si estoy embarazada.-Vi lástima en sus ojos. Esa lástima me hizo un nudo tremendo en el estómago.

-Bieh. El baño ya sabeh dohde queda, esperaréh aquí.

Fui directo hasta el baño y seguí las instrucciones que decía en la caja de la prueba. Cuando había terminado salí y busqué Mangel.

-¿Y bieh?- Pregunta él.

-Hay que esperar unos minutos.- Suspiré.

Dejé la prueba encima de la mesita ratona de la sala y me recosté en el cómodo sillón. Un sueño inmenso me entró de repente. No quise dormirme, pero los nervios no me dejaban pensar con claridad.

Por favor, que dé negativo.

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DIGANME QUÉ LES GUSTÓ

CHICAS, A NADIE LE GUSTO EL ANTERIOR ;-;

¿IDEAS PARA EL PROXIMO?

¡LAS AMO!

Mejores amigos gracias a Skype |Rubius, o... ¿Alexby?|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora