Capítulo 22 El engaño

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Quite su mano de mi pierna, la coloque con cuidado en mi cintura y lo mire de forma acusadora, él sonrío algo apenado y giro su rostro, sonreí al verlo así, esto definitivamente era como un sueño, levante mi mano y tome su mentón para que me mirara, él lo hizo, y me di cuenta de cuánto me gustaba, sus ojos, sus labios, el color de su piel, la forma de su rostro, para mí el era todo perfección, un brillo travieso se encendió en su mirada y me beso de forma sorpresiva, lento al inicio, pero poco a poco se volvió más urgente, mas hambriento, lamio mi labio inferior haciendo que una corriente eléctrica me recorriera la espina, eso pareció gustarle porque me apretó con más fuerza contra su pecho.

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La quería cerca, mucho más cerca, podía sentir todas las formas de su cuerpo contra el mío y aun no era suficiente, la bese casi con furia, llevaba demasiado tiempo esperando por esto, ni yo mismo me había dado cuenta de cuanta necesidad de ella se había generado en mi, después de saber lo que siente por mí no iba a poder dejarla ir, de pronto (t/n) se aparto, me quede desconcertado y pensé que la había ofendido de algún modo, pero se limito a sonreír

- un momento- dijo mirándome con suplica, se levanto y creí que se iría, pero en cambio se puso roja- esto se va a ver algo... raro, pero no te muevas- no sabía a qué se refería pero espere sin moverme, mientras ella se sentaba de frente a mí en mi regazo rodeándome con sus piernas, estábamos peligrosamente cerca, di un respingo, por la forma tan apresurada en que se movió debió creer que era un rechazo, la sujete por la cintura con fuerza contra mí, demasiado cerca y a la vez no lo suficiente

- ahora yo soy el que no quiere que te muevas- dije contra su cuello, ella se estremeció de una forma deliciosa, me encantaba sentir lo que provocaba en ella- encuentro esto muy entretenido- dije mientras posaba mis labios detrás de su oreja, su cuerpo se tenso para reprimir un nuevo estremecimiento, continúe bajando recorriendo su cuello, me detuve a respirar en su clavícula, y todo su trabajo para evitar estremecerse se fue abajo

- para... por favor- dijo con voz entrecortada, la mire a los ojos

-¿de verdad quieres que pare?- pregunte un tanto decepcionado, ella me miro y me evaluó con la mirada, se acerco a mi rostro y beso mi barbilla, y sus labios fueron buscando abrirse camino por mi cuello lo que facilite echando hacia tras mi rostro, la piel se me erizaba con cada contacto de su piel contra la mía, beso mi manzana de Adán y bajo a mi clavícula yéndose de lado para besar el camino a mis hombros, pero la playera le había estorbado, se arrojo a mis labios y mis manos cobraron vida propia y comenzaron a hacerse camino por debajo de la playera, (t/n) comenzó a respirar de manera entrecortada- lo siento, estoy frio- dije retirando las manos

- no es eso- dijo ella mientras se apoderaba de mis labios y comenzaba a pasear sus manos por mi espalda, pegando aun mas su cuerpo al mío, provocando la reacción de mi cuerpo encendido por sus caricias, fue entonces cuando la detuve en seco

- esto debe parar- la cordura iba volviendo a mí, no podíamos hacerlo en un lugar así, debía ser algo especial o por lo menos no tan... apresurado, su cuerpo seguía sacudiéndose, no entendía el porque hasta que note que mis manos no paraban de dibujar círculos en la parte interna de sus muslos, me detuve de inmediato y la mire, podía ver que ella lo deseaba tanto como yo, comenzamos a besarnos nuevamente hasta que escuche que tocaban la puerta, ambos nos sobresaltamos pero la puerta no se abrió, asome mi cabeza por la puerta, el hombre me miro molesto y me entrego mi móvil

- esta cosa no ha parado de sonar... y esta no es la clase de lugar en el que usted puede... ya sabe, tocarse a sí mismo, le pido que se vista y se retire- me sonroje hasta las orejas y asentí, apenas el hombre se retiro comenzó a sonar el teléfono que tan bien conocía, esa carcasa rosa con letras brillantes rezaban súper junior, era el de ella- bueno

Un Viaje sin destinoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora