Teach me. (Destiel)

Parte 4

Smuuuuuuuut. Yas.
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Dean sonrió al ver el semblante de confusión de Cas, quien le no le quitaba la mirada de encima.

"¿Qué es esto, Dean?" le preguntó, apuntando hacia la sábana extendida en el suelo. Dean amplió su sonrisa y caminó hacia él, apurándose en encontrar su mirada y tomando sus mejillas con las manos, robándole varios besos cortos que a Cas le cayeron de maravilla.

"Ven, siéntate conmigo..." le susurro en los labios y se separó de él para tomar su mano y guiarlo por la sábana hasta sentarse en el centro, sentándose detrás de Castiel, abrazándolo por la cintura mientras éste apoyaba su espalda contra su pecho.

Juntos se quedaron admirando el silencio que los rodeaba, el ruido del viento colándose entre las hojas y las ramas de los árboles, el canto de los pájaros y sus respiraciones a un mismo compás, sincronizadas como una sola. Dean comenzó a besarle el cuello a Castiel, que soltando gemiditos comenzó a darle más espacio a Dean para que hiciera de su cuello lo que él quisiera.

Pero Dean de pronto se detuvo y Cas soltó un gemido en protesta.

"Cas..." le susurró Dean al oído, captando su atención.

"¿Ajá?" le contestó Cas tomando su mano y acariciando sus dedos.

"¿Qué estás dispuesto a hacer para salir de aquí?" le preguntó Dean, haciendo que Cas volteara a mirarlo.

"¿A qué te refieres?" Dean evadió su mirada un momento para pensar en cómo decir lo que quería decir.

"Tu... Tú me dijiste hace unos días que quieres irte, ¿no es así?" le preguntó Dean, y Cas asintió. "¿Qué estás dispuesto a hacer?" Cas le sonrió y negó con la cabeza.

"Lo siento Dean, no, no te entiendo..." Dean suspiró impotente, no podía formular la frase que quería, la tenía atorada en la garganta y no la podía sacar...

"Quiero... Quiero..." Cas asintió, y le robó un beso corto. "Quiero que te vayas conmigo..." Dean se atrevió al fin a mirarlo y Cas abrió sus azules mares de par en par.

"¿Qué?"

"Huye conmigo Cas... Salgamos de aquí..." Cas negó y miro a todos lados en el bosque buscando donde aferrar su mirada y al final la aferro a los ojos de Dean, llenos de emoción y excitación.

"Dean, no, no lo sé... ¿A dónde?" Dean negó con la cabeza y le sonrió.

"A donde sea, a México si quieres, a donde tú quieras... Pero vámonos..." Dean sonrió y Cas soltó una carcajada, una risa nerviosa.

"Nos conocemos desde hace dos semanas Dean, no lo sé, dios, no lo sé..."

"Cas siento que te conozco de toda la vida. No me voy a permitir perderte, no, vamos a perdernos juntos..." Cas se refregó los ojos y se rio nervioso de nuevo.

"Seattle..." susurró.

"¿Qué?" le preguntó Dean.

"Si, empecemos por Seattle, hagamos un viaje de carretera, vamos a la playa..." Cas sonrió y besó a Dean en los labios, en las mejillas, en la nariz, en la frente y después en la boca otra vez.

"¿Eso es un sí?" le preguntó Dean tomando sus manos. Cas asintió.

Dean soltó una carcajada de nervios y de felicidad y beso a Cas en los labios. Lo beso tanto como él quiso, tanto que el beso se trasladó al cuello de Cas, dándole pequeñas mordidas y dejándole marcas rojizas en él.