He descubierto, una y otra vez, que cuando pedimos ayuda a Dios y luego realizamos una acción, sabemos en nuestro corazón que Él nos cuida y no hay razón para temer. Mis padres me lo enseñaron con su forma de vivir cada día. Son mis más grandes ejemplos de fe en acción. Aunque llegué a este mundo con "unas cuantas piezas faltantes", como diría mi mamá, he recibido mu chas, muchas bendiciones. Mis padres siempre me apoyaron. No me consintieron. Me disciplinaron cuando lo necesitaba y me dejaron cometer mis propios errores. Más que nada, son maravillosos modelos a seguir. Fui su primer hijo y, en definitiva, un paquete sorpresa. A pesar de todos los exámenes maternos habituales, el médico no halló ninguna indicación de que llegaría al mundo sin brazos ni piernas. Mi madre era una enfermera experimentada que había ayudado en cientos de partos, y tomó todas las precauciones durante su embarazo.
Sobra decir que mis padres se asombraron bastante de que yo llegara sin extremidades. Al igual que los demás bebés, no venía acompañado de un instructivo; pero sin duda mis padres hubieran recibido con gusto un poco de orientación. No conocían a otros que hubieran criado niños sin extremidades en un mundo diseñado para personas con ellas. Primero, se sintieron desconsolados, como sucedería a cualquier padre y madre. Enojo, culpabilidad, miedo, depresión, desesperación: estas emociones los dominaron durante la primera semana. Cayeron muchas lágrimas. Estaban de luto por el niño perfectamente formado que esparaban y no recibieron. También afligidos, temían que mi vida resultara muy difícil. Por supuesto, no podían imaginar el plan que Dios tenía para semejante niño. Sin embargo, recuperados de su asombro inicial, decidieron confiar en Él y ya no intentaron entender por qué les había dado semejante niño. En cambio, se rindieron ante Su plan, el que fuera, y me criaron lo mejor que pudieron; es decir, dándome todo su amor cada día. Jamás hubiera pedido algo mejor. Como resultado de su amor y los ánimos que me dieron, no temo intentar lo que sea.
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"Un corazón sin fronteras"
SpiritualPuedo elegir y tú también. Podemos rumiar decepciones y carencias ,estar amargados , enojados o tristes . En cambio , al enfrentar tiempos difíciles , y personas que lastiman , podemos aprender a partir de la experiencia y seguir adelante y , a la...