Encierro

Secretos

Se me heló la sangre al escuchar esa oración

-Se que estas un poco nerviosa, pero, confía en mi cuando te digo que confíes en mi- dijo haciendo que la redundancia sonará bien en una oración, la cual no pude prestar mucha atención gracias a mi sorpresa

-¿Donde me has visto antes?- dije haciendo caso omiso a su rara y fuera de lugar petición

-No puedo decir mucho, pero desde que te vi pensé que te veías hermosa- dijo mirándome directamente a los ojos, acción a la que me sentí incomoda, no estaba acostumbrada a que la gente me mirará a la cara, o mejor dicho no estaba acostumbrada al contacto visual de personas que no fuesen mis amigas

-Es decir, eres un acosador- dije volteandome para romper el contacto visual, al decir eso, escuche una leve risa acompañada de bajar un poco la cabeza, lo cual pude ver gracias mi vista periferica

-Créeme, no es nada de lo que podrías imaginar- dijo

-¿Haces que me quiera ir a propósito?
Dije con la esperanza de que sirviera de una verdadera excusa para irme

-No te quiero dar una mala impresión de mi, se que debes de verme como un maniático, pero, por favor, haz el intento de confiar en mi- dijo mirándome otra vez a los ojos

No pude comprender si fue locura absoluta o una ligera lastima lo que me llevo A tomar esa desicion pero me parecía injusto no concederle el beneficio a la duda

-Esta bien- dije manteniendo la mirada, sin embargo no hice más que sólo mirar sus facciones, solo algo para evitar mirar sus ojos, por que sabía que no sería buena idea

Había algo en su rostro, la forma en que sus labios combinaban con su nariz y su barbilla hacia juego con sus pomulos, su cabello, perfectamente peinado hacia atrás, y un perfil de proporciones exactas, todo, a juego con la arrogancia que se hacía notar en su personalidad, la forma en que volteaba la cabeza cuando emitía una oración, y lo más resaltante de sus rasgos era su mirada, profunda, severa y superficial, conocía a esta clase de personas

-No te has asustado ya ¿Cierto?- dijo sacandome de mis pensamientos, lo cual me hizo sentir muy apenada, ya que, una de las razones de esos pensamientos eran sus rasgos, y su forma de ser