¿Eres tu? pt I

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Alaska Pov.

Gritos por todos lados, gente corriendo y llorando o en medio de la pura confusión, solo una cosa ronda por mi cabeza: Ashley.

Ella está dormida,ignorando todo lo que pasa a su alrededor; no sé que debo hacer si despertarla o dejarla dormir, opto por despertarla pero no puedo evitar quedarme observando a ese demonio que tengo como hermana. Sus enormes ojos que están ocultos bajo sus lindos parpados, su tez blanca ligeramente bronceada, su cabello castaño claro chino bien peinado a diferencia del mio que es un perfecto asco, su pequeña y delgada figura de niña de 11 años, de verdad es una niña muy linda pero sobretodo joven, no puedo dejar que muera por culpa del psicópata que vienen en este avión.

-¡Ashley despierta mujer!- le grito para que despierte en plan de broma

- Jodete Alaska- tan pequeña y tan parecida a mi.

- Créeme, si no fuera importante no te hubiera despertado tonta- le respondo con un sonrisa, pero por su mirada sé que mi tono de voz me delata porque al escuchar mis palabras comienza a observar todo a su alrededor y el brillo juguetón de sus ojos desaparece al percatarse de lo que ocurre.

- Alaska ¿qué está pasando?- pregunta al borde del llanto.

-Tranquila, te sacaré de aquí igual que a mamá y a papá- le contesto colocándole la máscara de oxígeno y un chaleco salvavidas, me doy cuenta de que mi padre al igual que mi madre ya los llevan puestos, tomo mis cosas pero escucho de mi lado derecho a una mujer desesperada pidiendo ayuda con su hija que no tiene ni máscara ni salvavidas, al volteo y lo que veo es a una niña de la misma edad que mi hermana; es demasiado joven para morir y perder a su madre, empiezo a caminar a su dirección y le entrego mi máscara y chaleco, la señora se opone pero se lo doy de igual manera.

Corro hacía la salida de emergencia donde ya están mis padres y Ashley.

-Deben saltar ya sino morirán- les grito con la cara llena de lagrimas al igual que mi madre.

-No puedo Alaska, debes venir- contradice mi madre tomándome del brazo débilmente.

-Saltaré cuando estemos más cerca del agua, salten ¡YA!- grito para luego ver a alguien empujando a mi familia al vacío y tomándome del brazo fuertemente, volteo para ver quien es el bastardo que no me suelta y me encuentro con el rostro del causante de todo esto, el psicópata que asesinó al piloto, copiloto y sobre-cargos. Siento la adrenalina correr por mi cuerpo, trato de zafarme de su agarre pero eso hace que se haga cada vez más fuerte; veo mi cara llena de ira reflejada en sus ojos casi negros, le doy una patada en la entrepierna y salgo corriendo cuando siento un duro golpe en la nuca.

Todo se mueve mucho más lento, como si el tiempo se congelara, siento un tibio líquido bajar de mi cabeza a mi espalda, trato de alcanzar mi nuca para ver que es, efectivamente es sangre, ese bastardo acaba de golpearme , trato de recuperar el equilibrio cuando siento un leve empujón y ahora estoy en el aire.

Siento el viento chocar contra mi cara, me siento tan liviana pero pesada al mismo tiempo; el agua está cada vez más cerca.




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