¡Eres tú!©

Capítulo 3: Nuevos sentimientos.

|Narra Kels|

Estábamos llegando al hospital en donde muy pronto salieron cinco paramédicos en dirección al auto en el cual nos encontrábamos.

Los paramédicos me subieron a la camilla, mis ojos comenzaron a pesar y la vista se me iba nublando, el escenario en el que me encontraba cada vez se iba oscureciendo más, hasta quedar completamente negro y solo escuchar los latidos de mi corazón.

|Narra Luke|

Ahora estaban curando mi herida cerca de mi cadera hecha por un pequeño fierro, entonces en ese momento me acordé de la chica con la pierna herida, ¿cómo se llamaba?...a sí Kels y la bebe.

Comencé a desesperarme preguntándome una y otra vez si ellas estaban bien o si...mejor no pensaré en eso.

El doctor y las enfermeras me decían que me tranquilice pero simplemente eso era imposible, era como si algo me uniera a ella, o pero claro que algo me une a ella, yo fui el causante del accidente.

—¿Dónde están ellas? ¿Cómo se encuentran?—pregunté muy alterado.

—Señor tranquilícese su esposa y su hija se encuentran bien en estos momentos—dijo la enfermera muy tranquila.

—Espere ¿qué? ellas no son nada mío solo las salve de un accidente—dije ya más tranquilo.

—Oh perdón es que su reacción era la de un esposo y padre preocupado y solo...solo olvidelo—la enfermera cambió su tono a uno más coqueto, ósea que le pasa no es un momento para coquetear aunque no sé por qué reaccionaba así ahora, si antes era el mayor mujeriego del mundo.

Al salir de la sala en donde me estaban curando, me dirigí a la sala en donde estaba Kels.

Mientras caminaba a su sala iba recordando todo lo que sucedió en el accidente y cada vez me preguntaba lo mismo una y otra vez el ¿por qué la salve a ella, si ella debió haber muerto?

Ya me encontraba parado frente a su puerta, pero una mano se posó en mi brazo para así darme la vuelta, en ese momento me encontré con un hombre alto de 1,90 como de mi porte con bata blanca lo cual supuse era el doctor.

—Señor no puede entrar, todavía se encuentra en cirugía—por lo que decía su placa era el Doctor Anderson.

—Está bien, gracias.

Luego de unos largos 15 minutos sale el doctor y me dice que ya puedo pasar.

Al entrar me encuentro con Kels y unas muy fuertes ganas de abrazarla me inundaron, pero entonces recordé que todas las mujeres eran estúpidas y lo único que hacían era volverte débil para después romper tu corazón, pero algo me decía que Kels era diferente, y ese estúpido pensamiento volvía y me hacía comportarme como un idiota con ella, jamas había experimentado este sentimiento, eso significa que son...nuevas emociones.

Pero luego recordé que unos tipos de una mafia estaban detrás de nosotros y ahora que ella esta conmigo les sera mas facil encontrarnos.

—Debemos largarnos de aquí ahora y sin peros—dije con la cabeza en alto y con un tono frío.

—¿Por qué?

|Narra Kels|

—¿Por qué?—pregunté muy confundida.

—Porque corremos un gran peligro—dijo cortante.

—¿Y la bebé?

—Ella se quedara aquí.

De pronto un mensaje de un número desconocido llega, en ese momento estaba muy feliz por encontrar mi celular, pero cuando abrí el mensaje desee jamás haberlo visto.