No es suficiente

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El sol se había comenzado a ocultar rápidamente.A diferencia de como sucedía en otros territorios,en el reino de Talts y alrededores,en los meses cálidos,el sol se ocultaba tempranamente y mucho más,en los meses fríos.

De pequeñas,ambas solían quedarse hasta que se ocultaba completamente detrás de las colinas de Farras y luego,contemplar con entusiasmo,recostadas en el vasto campo,la belleza de la luna y el resplandor de las estrellas que asomaban en el firmamento.

La mente de la pelinegra se vió inundada por aquellos dulces y frágiles recuerdos y sin poderlo evitar,una media sonrisa surcó por su rostro.

Ambas sabían lo que significaba que el sol se ocultara y era aquello justamente lo que no deseaban.
Tener que volver a separarse.
Amethyst sujetó con firmeza su mano, entrelazándola con la suya.

Sus temores se acrecentaban.

-E-en el pueblo hay una posada-comenzó a hablar la castaña con timidez-ya es muy tarde para ir al castillo a realizar nuestro plan así que,¿por qué no...mañana?-en cierto punto tenía razón con lo que decía.

Asintió con una cálida sonrisa.

-La recuerdo,la posada de Lotus May,¿verdad?-preguntó la pelinegra alzando una ceja.

-Sí,esa misma-comentó entusiasmada la joven princesa.

-¿Quieres acompañarme hasta allí?

-¡Claro que sí!-sus ojos brillaron con dulzura-pero...-un leve gesto de tristeza asomó por su rostro.

-¿Pero?-dijo repitiendo sus palabras.

-Si voy contigo...no podré tomarte de la mano como ahora ni besarte como hasta hace un rato...-apartó ligeramente la mirada con cierta tristeza en ella.

Amethyst no pudo ocultar lo mucho que le agradaba joven y para demostrarlo, le dió un pequeño y afectuoso apretoncito en su delicada mano.

-Lo sé,pero debemos mantener esto en secreto-susurró la pelinegra en un hilo de voz pero lo suficientemente claro para que jazmeen la oyera.

-¿P-por cuánto tiempo?-quiso saber con cierta intriga la castaña,plisando con la mano libre la falda de su largo vestido.

-No lo sé Jazmeen...-respondió con sinceridad,deseando en su interior,poder tener para ella otra respuesta más apropiada,algo con lo que consiguiera darle la fuerza y motivación necesarias.

-Entiendo...-asintió dubitativa la castaña.

La brisa,tan fresca y agradable,comenzó a envolverlas y a su alrededor flotaban algunos pétalos que se desprendian con facilidad.Eran de las variadas flores que se encontraban al costado del angosto y empedrado camino y la dueña de ellas,era la joven princesa quien se había esmerado con deleite en cuidar durante aquellos largos años.

La mayor observó como Jazmeen había comenzado a frotarse uno de sus brazos en busca de calor,como si el frío comenzara a esparcirse por su esbelto y menudo cuerpo.

La castaña desde siempre había sufrido mucho el frío.

En los crudos y largos meses de invierno,que podían llegar a durar hasta tres años,y en los que el paisaje nevado era un deleite visual por sus bellos paisajes,lydia recordó en como siempre y cada vez que se juntaban,debia de terminarle prestando alguna de sus abrigadas y amplias chalinas.

Claro que,jazmeen,al igual que en ese entonces,si no le decía nada,era probablemente para no molestarla.

La menor gozaba de una excelente salud y por ese motivo cada vez que salían a jugar y corretear por el castillo,no llegaba a abrigarse apropiadamente debido a su juventud y enérgica actitud.

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