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El lunes llego y Jane estaba acomodando algunos libros en su casillero. En ese momento sintió como alguien le picaba con los dedos su cintura y no pudo evitar sorprenderse. Harry soltó una risa y se coloco junto a ella, recargándose sobre los casilleros. Jane, simplemente se lo quedo mirando y cerró la puerta de su casillero con fuerza e inmediatamente comenzó a caminar en dirección opuesta a la de Harry.

Harry frunció el ceño e inmediatamente corrió al lado de su amiga.

Harry: ¿Qué tienes? ¿Por qué no me hablas?— Jane no contesto y sigo caminando. Se notaba a simple viste que estaba enojada.

Harry se canso de esperar una respuesta por parte de su amiga que decidió colocarse justo en frente a ella bloqueándole el paso. Ella intento darse la vuelta pero Harry la tomo del brazo.

Harry: ¿Me puedes contestar que es lo que te pasa?— Jane se zafo del agarre de Harry. Primero pensó en no contestarle pero al final decidió hacerlo.

Jane: Tú dímelo, Señor "Voy para tu casa, espérame".

Harry: ¿Qué? —no comprendía a que se refería su amiga hasta que por fin lo comprendió. Aquello que había dicho era lo que le había puesto en el mensaje. Olvido por completo contestarle que se iba a quedar—. Ay no...

Jane: Ay sí —se cruzo de brazos—. Gracias por mandarme un mensaje diciéndome que cambiaste de opinión o que te ibas a otro lugar o cualquier otra cosa que implicara que yo no me quedara hasta las 2.30 de la mañana esperando a que llegaras.

Harry: En verdad lo siento. Yo sí iba a irme pero luego decidí quedarme para intentar interactuar con los amigos de Zoe y al final me di cuenta de que la estaba pasando bien y no quería irme.

Jane: ¿Y el domingo? ¿Tanto trabajo te costaba mandarme un mensaje?

Harry: Lo siento, el domingo decidimos ir con sus amigos a la playa y me olvide por completo y... —suspiro—. Perdona, en serio. Te prometo que no volverá a ocurrir.

Jane estaba completamente furiosa, tenía ganas de gritarle en la cara todo lo que pensaba sobre él pero no podía hacerlo. El verlo a los ojos y ver claramente el arrepentimiento en ellos era algo que ella no podía ignorar. Lo amaba, lo amaba tanto que no podía siquiera enojarse con él. Fue solo una vez, no volverá a suceder de nuevo.

Jane: De acuerdo —dijo sin muchos ánimos—. Pero prométeme que no lo volverás a hacer.

Harry: Lo prometo —la abrazo y sintió un cosquilleo en su estomago cuando sintió los brazos de la joven rodeándolo. Por primera vez se daba cuenta de que le gustaba estar así con ella... no quería separarse, se sentía a gusto. Pero la imagen de Zoe apareció en su cabeza y se separo de Jane rápidamente. Él tenía novia, y la amaba, no podía serle infiel.

Jane: ¿Te veo para el almuerzo?

Harry: Ahí estaré —sonrió y se marcho.

La hora del almuerzo llego y como siempre Zoe y Harry estaban en la fila escogiendo su comida. Terminaron de elegir y pagaron.

Zoe: Te lo digo, si comieras más cosas saludables te caería mejor.

Harry: Es el almuerzo y en lo único que no puedo pensar es en una ensalada. Vengo hambriento de mis clases.

Zoe: Solo inténtalo, ¡un día solo!... Por mi, ¿quieres? —le hace varias muecas para que él acepte.

Harry: No... para... dije que no... —no podía evitar reírse—. ¡Ok, ok! Lo intentaré. Pero solo un día, ¿sí?

Zoe: ¡Sí!—dijo contenta

Fue en ese momento que Zoe pudo ver como nuevamente Jane le robaba el panecillo de chocolate a Harry. Harry tenía una sonrisa en el rostro y Zoe no entendía lo gracioso.

Zoe: Desde que vine a este lugar ella siempre te roba tu comida.

Harry: Y yo ya te explique que no me importa. Ya hasta creo que se lo compro para ella. Además, siempre me da la mitad.

Zoe: ¿en serio? Amas el chocolate y ¿te compras un panecillo para que ella termine comiéndose la mitad? Harry, ya ponte a pensar. Ella se lleva de tu dinero 50 centavos, y si me dices que desde que entraron aquí ella hace lo mismo, con todo el dinero que ella te debería te harías rico. Si ella quiere un panecillo que se lo compre y si quiere del tuyo que te lo pague.

Harry quiso objetar pero no pudo, lo que Zoe le dijo era verdad. Si Jane quería un panecillo que se lo comprara ella y si no que le pagara por él.

Harry y Zoe se acercaron a la mesa dónde se encontraban Jane y Louis sentados. Ni bien Jane vio a Harry, tomo el panecillo y se lo mostró.

Jane: ¿vienes por tu mitad? —dijo con una sonrisa.

Harry: No —dijo serio—. Quiero que si te quedas con él me des un dólar.

Jane: —frunció el ceño—. ¿Perdón?

Harry: ¿quieres el panecillo? Págame el dólar que gaste en él y si no ve y cómprate uno tú misma.

Jane no sabía que decir. Estaba tan sorprendida como Louis... tal vez un poco más. Harry jamás había actuado así. Siempre habían hecho lo mismo y él nunca se mostraba molesto... jamás le exigió que le pagara nada. No sabía qué hacer o que decir, estaba completamente en shock.

Harry: ¿Te lo quedas o me lo das?

Jane: A...n-no —lo coloca en la bandeja del joven nuevamente.

Harry: Y ya sabes, si quieres uno... te costará un dólar.

Zoe sonrió, orgullosa de lo que Harry había hecho y por alguna razón Harry se sintió feliz. Le encantaba complacerla y sentía que en aquel momento ella se sentía orgullosa de ser su novia... y él haría todo lo que estuviera a su alcance para que ella siguiera sintiéndose de esa manera.

CONTINUARA.

Tres capitulos en un dia. 

Manipulado H. S.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora