Capítulo 7: Puerta tras puerta.

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Julia no podía creer que esa puerta estaba abierta. Nunca lo estaba.  Pedro quería entrar pero todo estaba oscuro y, tanteando, no encontraba ningún interruptor para prender alguna luz, si es que había. Se moría de ganas de ir a donde Julia lo fuese a llevar aunque no supiera donde era el lugar, ni como era, ni nada. Ella no conocía mucho ese sitio de la escuela porque había ido un par de veces a dejar algún banco roto o una silla ''chueca''.  Estaba sentada pensando cómo harían si no llegaba a haber luces, pero la interrumpió el llamado de Pedro.

P:-Juli, mirá! Encontré el interruptor!

Julia se paró rápidamente y fue a ver. Pedro había abierto la puerta y ahora había encontrado el interruptor. 

J:-Ahh bueno. Sos un genio!!!

P:-Jajaja bueno, no es para tanto! ... ¿Entramos?

J:-Sisi.


Al meterse en ese lugar sintieron un frío repentino. Parecía que no se usaba muy seguido. Estaba muy sucio y lleno de cosas viejas e inservibles. 

P:-El único que debe venir acá es el conserje.

J:-Si, no creo que a alguien más aparte de él, vos y yo se le ocurra venir acá.

P:-¿Éste es el lugar que me ibas a mostrar?

J:-Nooo jajaja.  Está más arriba. Hay otra puerta más por abrir. 

P:- Bueno... Vayamos!

J:- Sii dale.

Subieron una escalera más corta que la que habían subido anteriormente. Julia abrió la puerta sin ningún problema. 

J:- Este Juan es un despistado! Dejó todo abierto... Pasemos.

Al pasar la puerta había una especie de terraza. Era muy grande y desde allí se veía todo el patio y la manzana. Pedro miró a Julia, que se había acostado en una parte de la terraza a mirar el cielo. Miró ese cabello lacio medio desordenado por el viento, esos ojos marrones tan brillantes que resplandecían a la luz de la luna, esa sonrisa tan... Única, ella era única. 





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