Capítulo uno

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Son las 7:32p.m. y me dirijo hacia mi nuevo hogar junto a mi abuela, un departamento en Doncaster. El taxi que nos lleva a casa es algo angosto pero en estos momentos se siente como el cielo y es que hoy me desperté a las 4:00a.m. para poder preparar las maletas y todo para la mudanza. ¿Por qué me mudo? Pues es difícil explicarlo.

Mis padres me tuvieron muy jóvenes, a los 17, es por eso que casi todo lo que se lo aprendí de mis abuelos o en el colegio. Mis padres nunca se preocuparon demasiado por mi, aunque pasaron 15 años desde haber cometido el "error" de padres jóvenes, aún no aprendieron. Ellos salían de fiesta cada fin de semana, dejándome con mis abuelos. Hasta que un día, hace 10 meses, todo se salió de control. Era un típico fin de semana, ellos estaban de fiesta -como siempre- trataron de ir a todos los clubes en el auto de mi padre, pero no lo consiguieron. Tal vez el auto estrello en un árbol o mis padres olvidaron como frenar... De todos modos eso ya no importa. Mis padres murieron antes de que llegue la ambulancia. Lloré mares y me arrepentí de haber nacido, creí que si nunca me hubieran tenido probablemente hubieran disfrutado más su adolecencia y habrían podido madurar a tiempo, antes de perder el control.

Tuve que quedarme con mis abuelos maternos. Pude haberme quedado con alguien más joven pero mi madre es hija única y los hermanos de mi padre, junto al resto de su familia, perdieron el contacto con él desde que embarazó a mamá, pues según ellos "un Jacobsen jamás puede meterse con una Lancaster", en realidad no he llegado a entender aún el por qué de ese lema, pero no creo que tenga demasiada importancia.

Todo iba relativamente "bien" hasta que de pronto el cáncer pulmonar de mi abuelo, Daniel, empeoró y tuvimos que internarlo en el hospital. Seis meses después del accidente de mis padres él murió. No es por ofender a mis papás pero la muerte de mi abuelo me dolió un millón de veces más.Mi abuela cambio de ser la persona más alegre del mundo a una persona quien tiene que hacer su mayor esfuerzo para poder llevar una sonrisa en su rostro.

Mi abuela, Cloe, y yo estábamos solas en una casa grande en Cheshire, así que decidimos mudarnos. Nos pasamos un tiempo buscando algún departamento ahí, pero no encontrábamos ninguno a un buen precio. Y fue entonces cuando por arte de magia mamá Cloe (suelo llamarla así) recibió una llamada inesperada de la ex-mejor amiga de mi madre, Karen. Ella sabía todo lo que nosotras estábamos atravezando y nos informó que había un departamento a muy buen precio en Doncaster. Al principio no me gustó la idea pero no me negué, ya que sabía que si se trataba de mi tía Karen de todos modos, en algún momento me convencería.

Karen nos explicó la dirección del departamento, cual era el costo y cuando debíamos ir. Me dijo que yo iría a la preparatoria y que cada mañana su hijo Liam pasaría por mi para llevarme en su auto antes de ir a la universidad de Doncaster.

Liam era un chico de 18 años, muy lindo y dulce. Él fue el primer y único varón con quien he socializado.

- ¡Hey, ____! Ya llegamos- dijo mi abuela tocando mi hombro, sacándome de mis pensamientos.

- Si, si- Dije tratando de procesar la información, quitándome los audífonos en medio de la canción "Believe" de Justin Bieber, una de mis favoritas sin duda.

Bajamos del taxi llevando con nosotras nuestras maletas y demás pertenencias. En la entrada del edificio nos esperaba Karen con una dulce sonrisa. La saludé cordialmente para luego poder observar un poco mi nuevo hogar, mientras que Cloe y Karen hablaban de algunas cosas sin importancias. Pronto deje de prestarles atención y me enfoque en el edificio.

El edificio era grande, tenía 19 pisos. Viviríamos en el piso 19, el más alto. Cada piso tenía dos departamentos, y en cada uno de estos había un pequeño balcón y todas las paredes estaban pintadas de color blanco. Era lindo. "Se que no me arrepentiré" pensé.

Everything starts from something //Larry Stylinson//Zayn y tuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora