Hoy queme tu carta. La única carta que me escribiste. Y yo te he estado escribiendo ( sin que tu lo sepas) día tras día. A veces con amor, otras con rencor, con desolación. Tu carta la conozco de memoria: catorce líneas, ochenta y ocho palabras, diecinueve comas, once puntos seguidos, diecisiete acentos ortográficos y ni una sola verdad.
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Cruda y Ruin Realidad
RomansaEs mejor ser herido por una verdad, que consolado por una mentira