Desperté justo cuándo debíamos bajar del avión. Por suerte no hubo tantas turbulencias ni nada extraño que me haga desesperarme y salir corriendo por la puerta, al vacío. Mi padre me hizo una seña y fuimos bajando por las escaleras, mientras tanto observé el aeropuerto con una gran pista de aterrizaje y el centro estaba colmado de almacenes, tiendas de ropa, restaurantes, me sentí tan mareada por todo lo que veía.
Mi padre estaba sentado junto a mi madre en los bancos del aeropuerto, cerca de dónde vendían hamburguesas, me dirigí hacia ellos.
- Papá, podemos ir a comer hamburguesas?.
Le dedicó una mirada interrogante a mamá y ella asintió.
- Está bien Cely, iremos por unas hamburguesas y refrescos, y luego esperaremos aquí.
Nos encaminamos hacia el local de cómida rápida, ingresamos y nos saludó un mimo con su magia invisible, detrás del mostrador, una señora mayor, morena y con cara de pocos amigos tomó nuestro pedido.
- Buenas tardes, que van a llevar?
- Tres hamburguesas y una botella grande de gaseosa de lima, por favor.
La mujer nos entregó el pedido, le pagamos y salimos denuevo hacia la muchedumbre de gente que llenaba el aeropuerto esperando un vuelo hacia quién sabe dónde.
Mientras comíamos nos entretuvimos charlando, y de repente papá me preguntó:
-Cariño, estás segura que estudiarás Medicina?
Lo observé con una mirada interrogante, pensando porqué lo preguntaba.
- Si, la verdad que me encanta pero lo que me gustaría más es seguir forense, ya sabes que soy adicta a las series policiales que miro con mamá pero por ahora tengo pensado dedicarme a la Neurología, Porqué lo preguntas ?
- Por nada, solo quería saber si estás decidida, por que quizás podríamos pedir una Beca en la Universidad de París, imagínate que te recivas en el extranjero y vuelvas al país con los mejores conceptos y conocimientos.
-No te entusiasma?.- Sus ojos llenos de brillo y felicidad me hicieron sentir tanto amor hacía el, por preocuparse por mi futuro.
- Claro papá, sería genial! .- Dije dedicándole una mirada dulce y segura, nos abrazamos y nos dirigimos hacía el autobús que nos esperaba, para llegar a el pueblo.
Mientras viajabamos, mirando por la ventana, varios recuerdos invadieron mi mente, el colegio,mi familia y mis amigas.
Era muy sorprendente imaginar que mamá me tubo en el asiento trasero antes de llegar al hospital ya que había mucho tráfico, acompañada por mi abuela, una partera con experiencia, papá siempre lo cuenta cuándo realizamos algún viaje y terminamos los tres emocionados, recordandolo como una bendición, eso es la llegada de un hijo.
Con tanta melancolía estaba dejando atrás una etapa tan bonita que viví con mis compañeros, principalmente con mis mejores amigas, Alisson y Emily, con quienes me llevo tan bien que ya las considero como mis hermanas, Ali, tan diferente a mi, su carácter apasionado hace que la admire por como es, su rostro angelical y su manera de pensar muy única hace que nos llevemos más que bien, su cabello negro rizado y sus ojos azules hacen que resalte entre la multitud.
Por otro lado está Emy, que nos conocemos hace 12 años, prácticamente desde toda la vida, demasiado extrovertida y con carácter fuerte, es muy raro que deje pasar por alto cualquier cosa...
Bajamos del autobús en la esquina de la avenida, papá nos guiaba hacia nuestro nuevo hogar. Caminamos tres cuadras cerca de la playa, para encontrarnos con una casa mediana, construida de madera, de color celeste, y puerta blanca.
- Muy bien viajantes, he aquí nuestra nueva casa, seguro les encantará, Celine tu cuarto es el de la derecha - dirigió su mirada hacia mamá - y el nuestro está a la izquierda.
Fué un momento algo incómodo asi qué abrí la puerta y me dirigí hacía mi cuarto, era muy bonito, de color rosa pastel y muebles blancos, la cama bastante grande, papa sabe lo que me gusta.
- Cely! - Gritó mi mamá, y a su vez, entrando a mi habitación.
- Que pasa ma? - dije, dirigiendole una mirada expectativa.
- Nada, quería decirte que mañana por la mañana haremos un tour turístico por el pueblo, ¿Que te parece la idea?
- La verdad, me da mucha curiosidad, quiero visitar la playa, ¿Podré ir yo sola?.
- Mmm, eso hay que hablarlo con tu padre, ya sabes como es.
- Si, tienes razón. - Dije, ya que papa cree que todavía soy una niña pequeña y que no me puedo defender, ya tengo 17 años, pronto 18.
- Compramos pizza , además, hice una riquísima ensalada, esa que tanto te gusta, vienes?. - Su mirada irradiaba felicidad.
- Claro mamá, en 5 minutos estaré en el comedor.
Se acercó y me abrazó, dándome un beso en la frente.
- Te quiero hija, nunca cambies.
- Yo más mami.- Dije devolviendole el abrazo y se fué a preparar la mesa.
Mientras tanto, pensaba, mañana será un día muy largo...
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Perpetua Obscuridad
Vampir"Quizá, hasta la culpa más tormentosa puede ser aplacada por el verdadero amor "