Capítulo 7.

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~Okay, foto de Dark {⊙♡⊙} Espero que os guste este capítulo, es un poco por oso (solo un poco) y solo os puedo decir que en el próximo habrá más Bye y disfrutarlo :)~

El camino a casa fue gracioso y silencioso. Dark iba detrás de mi y notaba su mirada molesta encima mía, nadie lo notaba excepto yo, lo que lo hacía más gracioso.
Abrí la puerta de casa y... no había nadie. Se podía decir que vivía sola ya que mis padres siempre estaban de viaje por negocios o en el trabajo. Fui a la cocina y vi una nota, sabiendo que era de mis padres la agarre con desprecio y como notaba a Dark detrás de mi cotilleando, la doble y me encerre en el baño:
Querida Sam, este mes, tu papa y yo nos hemos ido de viaje de negocios - les falta el "otra vez"-. Pero no te preocupes, te hemos dejado comida para un mes, pero también dinero. Sabemos que te las arreglaras tu sola. Un beso. Cindy y Axel.

¿Creen que me las arreglare sola? Bueno, siempre lo hago. Ya estoy acostumbrada.
Salgo del baño y me voy a mi habitación en el ático. No es muy grande, pero perfecta para mi. Pongo un remix de One Direction y de 5SOS en unos altavoces gigantes (puede que no vea a mis padres en mucho tiempo, pero sus trabajos tienen sus ventajas, podría decirse en pocas palabras, que soy rica). Me acerco a mi cama y doy tres saltos antes de saltar en la cama y quedarme tumbada boca abajo. Segundos después me doy cuenta de que aún llevo puesta la ropa del instituto con pequeñas motas de harina y me dispongo a cambiarme, cuando veo a Dark mirandome con una mirada... inexpresiva.
- Voy a cambiarme... ¿te importa?
- No, para nada. Cámbiate. -Dijo riéndose. ¿Acaso cree que es una broma?
- Sal de mi habitación.
- No
- Sal. Ahora.- Dije con mi cara más aterradora
- ¿Para que?- Contesto entre risas.
Tras estar un buen rato peleando sobre lo mismo y al ver que no cambiaba de opinión, decidí cambiarme con el en la habitación.
Me acerco a un cajón y cojo un pijama rosa y blanco de camiseta y pantalón corto en el que salía un caballo saltando en el que ponía "Sweet Dreams Candy".
- Vale, no mires.
- Y pensar que eres la mala del cole, y tienes este pijama. Perderías mucha reputación si alguien te viera así.
Me puse roja de la vergüenza y después le mando una mirada asesina.
- Vale, lo que tu digas. Pero no mires.
Me gire y oí una risa dulce, se estaba divirtiendo a mi costa
Cuando estaba en sujetador y con la camiseta justo para poner me gire para cercionarme de que no miraba pero me asuste al verlo más cerca aún mirándome fijamente. Mira a mi sujetador y otra vez a mi cara. Ni los Angeles se salvan de ser pervertidos. De repente veo que se acerca más y me besa y en un segundo me quita los pantalones y desaparece. Que tío más raro, pienso. Al menos me ha ahorrado un trabajo. Miro abajo, braguitas de pikachu. Eran de cuando era pequeña, aun las llevo.
Me pongo el pijama y me tumbo en la cama boca abajo otra vez y cierro los ojos dejándome llevar por Queen esta vez.
Tras 5 minutos, creo, noto un bulto algo más incómodo y abro los ojos. Estoy tumbada encima de Dark, ¿como es posible? Bueno, me alegra saber que mi cama sigue abajo y en buen estado. Me apoyo en su pecho y me siento a horcajadas encima de el.
- ¿No estabas cómoda?- Dijo mientras se levantaba un poco, apoyando su espalda en el cabecero y acercándome más hacia el.
- ¿Como has aparecido tu ahí? Se supone que estaba mi cama.
- Y sigue estando, solo que con alguien más que encima es sexy.
Sexy y modesto. JA. Resignada me bajo de el torpemente y me tumbo en un borde de la cama.
Suena Royals, de Lorde. Dark me coge fuertemente de la muñeca y me gira hacia él bruscamente, volviendo a la posición de antes.
- ¿Ves esta marca? -asiento débilmente, son las alas que me dejo el día de su 1° visita.- Bien. Esta marca, es la que te marca como mía, de mi propiedad. Solo. Mía. -recalcó esas palabras y seguidamente me besó otra vez, pero esta vez, diferente. Aún no ha desaparecido y parecía que no lo iba a hacer.
Empezó con un beso brusco que me pillo por sorpresa al cual yo no sabía como responder. Había sido muy inesperado. El seguía agarrandome de la muñeca fuertemente y con la mano libre, la puso sobre mi espalda y subió hasta el sujetador. ¿Porque hoy me tendría que haber puesto ese pijama tan corto? Ah, ya. Por el calor. Con la mano de la espalda me pegaba más a él y el beso se hacía más intenso, al cual finalmente respondí. Empezó a pasar la mano por debajo del broche del sujetador y a apretarse más a él. Pero solo se quedó en eso. Cierto es, que no me habría negado si hubiéramos llegado a más.
Finalmente, soltó mi muñeca y tuve vía libre para agarrarme a su cuello y con una mano revolviendo su pelo, y con la otra pase su mano por su espalda desnuda. Si, desnuda. Su camiseta desapareció. Él, con su mano, ahora libre, me cogió el culo y me lo apretó a lo que yo solté un gemido. Finalmente, se separó de mi lentamente y me dijo susurandome en el oído con voz seductora:
- Los Angeles también tenemos derecho a disfrutar del placer.
Y ahí caí dormida.
A la mañana siguiente no me acordaba de como me metí en mi cama. Solo el beso. Aún sentía sus caricias por mi espalda. Me levanto para cambiarme y le veo apoyado en el marco de la ventana con una sonrisa torcida y mi impulso fue devolverle la sonrisa.
Cogí una camiseta de manga corta que ponía "My Last Clean Shirt" y unos vaqueros cortos desgastados. Los puse encima de la cama y me desvesti. Noto como unos brazos pasan por mi alrededor y me abrazan.
- Esa camiseta no se parece nada a tu pijama de ayer. Por cierto, besas muy bien, Sam. -Y desapareció. Otra vez.
Me puse la ropa y baje contenta y preparado para un día nuevo. Aún no lo había visto en ninguna habitación pero una vez que cerré la puerta de casa con llave y mire al frente con una sonrisa. Pensé:
Es viernes y hoy montare una fiesta por la noche, ¿que tan malo puede pasar hoy?

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⏰ Última actualización: Sep 03, 2015 ⏰

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Enamorada de un ángel oscuro.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora