3. La cita

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Me despierto, miro la hora y son las once, salto de la cama, Melina ya se está bañando, así que desayuno, porque no voy a almorzar por los nervios.

— Buenos días ¿Te levantaste? Cómo dormís eh.

— Buenos días, no, soy el alma de Malena... pasa que ayer nos acostamos re tarde, y encima tengo un sueño todavía.

— Ya te podes ir a bañar, si queres.

Cuando termino de bañarme y arreglarme, tocan timbre, Melu se está planchando el pelo, así que yo atiendo a mi amiga.

— Al fin llegaste, boluda, los nervios me están matando.

— Y a mí ni te cuento.

— ¿Estoy bien, vestida así? —Para una ocasión como esta, opté por un jean negro, mis amagos borcegos negros y Mel insistió en que me ponga una remera con escote, aunque, yo no creo que ese tipo de superficialidades llame la atención de Gastón.

— Sí ¿Y yo? —También trae borcegos, una falda de cuero negro, hasta arriba de las rodillas y una blusa negra con media espalda descubierta.

— Re linda, no puedo creer lo que va a pasar.

— No, yo tampoco —grita.

— Hola, Male, no podes disimular la emoción.

— Ni siquiera lo puedo creer.

— ¿Qué dicen me lo dejo suelto el pelo?

— Sí, te queda mejor, Mel.

— Sí.

Nos tomamos un uber para ir, al llegar nos encontramos a Patricio en un auto, supongo que el suyo, al parecer la cita no es en la dirección que envió, pero entiendo que sea tan obsesivo con sus direcciónes.

— Hola, lindas, suban.

Subimos, saludamos y Melu se sentó adelante

— ¿A dónde vamos?

— A un lugar menos público, que no nos vean los paparazzi, ni nada.

— Sí, sino andan inventando cosas ¿no?

— Exacto, sería pesimo para ustedes, las fans son intensas.

— Sí, lo somos, enseguida revolucionamos Twitter —Dice Male y reímos mientras nos miramos complices, porque muchas veces participamos de esos líos.

— Igual me vuelven loco, pero sería peor.

— Apenas tiras un Tweet, te llegan cincuenta menciones —digo.

— ¿Quieren saber a dónde vamos?

— Sí, me parece justo —responde Mel.

— Bueno, vamos a mi casa.

— ¿De verdad? —Mel no puede creer esto, nadie puede.

— Sí.

Cuando llegamos, va directo al garaje del edificio, ya que vive en un departamento, como Melu y yo. Estaciona el auto y nos lleva al departamento, en donde están Gastón y Guido, tratamos de disimular los nervios.

Nos saludaron con un beso en la mejilla.

— No me lavo la cara nunca más —le susurro a mi amiga y Mel al escucharme me da un codazo, no quiere que me comporte como una fangirl.

— ¿Quieren tomar algo? —ofrece el anfitrión y aceptamos.

Guido y Gastón se susurran cosas que no llego a descifrar.

— ¿Y cuántos años tienen?

—  Veinte —no despego los ojos de los de Gastón.

— Veintiuno.

 — Diecisiete ¿soy muy chica no?

— No tanto ¿Y estudian que hacen? —responde su galán y yo contengo el aire al igual que sé que ella lo hace.

— Estudio dirección de cine y trabajo de asistente de director.

— ¿Te gusta el arte visual entonces? 

— Sí, lo amo, de todas las artes esa es mi favorita, pintura también —Y vos, mi amor. Se limita a sonreír.

— Yo estudio para médica forense y soy asistente dental

—  ¿Es re complicada esa carrera no? —Patricio aparece con una bandeja y luce impresionado.

— Sí, es terrible, pero siempre quise ser médica forense.

— Bueno, yo estoy en el último año del secundario. —se encoge de hombros.

— Claro —Guido le dedica una sonrisa, definitivamente le gustan menores.

— ¿Y que tienen planeado para los próximos meses?

— Casi seguro que empezamos a componer o algo para otro disco. —asegura el vocalista.

— Buenísimo.

— Sí, que bueno, lástima que para el cumple de mi primita faltan dos meses, si no le regalaba el CD, es un regalo que no falla, pero bueno, quizás pueda regalarle a alguien —sonríe perversa.

— Ah ¿sí? Mira vos. —Guido tiene curiosidad.

— Un disco de ustedes es un regalo seguro, deberían sacar para otro cumple. —asegura mi prima.

— Lleva su tiempo sacar un disco —Datazo, Gastón.

— Sí, por cierto, nada que ver, amo cómo pintas, no sé como haces.

— Sí, sos muy capo con eso. —Male me apoya.

— Bueno gracias... Malena y ¿vos cómo te llamas? —Me pregunta.

— Malena, sí, igual que ella.

— Mira que loco... Después te muestro un par de pinturas nuevas, si queres.

— Ay, sí, me encantaría —también lo guardas debajo de la ropita, bebé.

— ¿Y qué opinan de nuestra música? —Guido no deja de mirar a Male, estoy feliz por ella.

— Amamos su música, por cierto, me encanta tu voz, perdón, Patricio, pero me gusta más la voz de tu hermano —confieso.

— ¡Gracias!

— ¿Y ustedes tienen novia? —gracias Mel.

— No.

— No.

— No.

— ¿Y ustedes? —Mel y Pato tienen tanto en común, investigan lo mismo.

— Solteras las tres.

— Tendríamos que ir a algún boliche, pero a Gastón le aburre un poco —Patricio lo señala con una mirada breve.

— Yo también me aburro, solo me siento a beber, pero no se puede hablar, prefiero los bares —digo.

— Exacto, vos me entendes. 

— No lo dudes —le dedico una mirada complice.

— Me da igual, podemos hacer otra cosa —dice Mel.

— Miremos una peli —propone Male.

— Que no sea una tonta película de terror —pido, pero todos quieren ver de terror, así que no me queda otra que acceder.

Fanatismo y Amor (Airbag, Gastón)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora