Fanatismo y Amor (Airbag, Gastón)

16. Descanso

Hay una piscina en el hotel, así que estoy con Patricio y Mel esperando a Gastón que prometió alcanzarnos.

— No puedo ir a la parte honda, no sé nadar.

— Con los mogumbos que tienen ustedes, no se van a hundir.

Mel y yo intercambiamos miradas y a la cuenta de tres empujamos a Patricio con todo bata al agua.

— Jodete —le dice Mel.

— Ese comentario fue sexista.

— Fue una broma.

— De mal gusto, mi amor, discúlpate.

— Perdón, primita.

— Nos yo tu prima y lo voy a pensar.

— ¿Qué pasa?

— Los chistes de tu hermano, re machista.

— Dijo que con mis mogumbos no puedo hundirme.

— Patricio, te dije no me gustan esos chistes, se trata de respetar a las mujeres ¿a vos te gustaría que le digan eso a tu hija? —Gastón aliade: mode on.

— No lo dije con mala intención.

— Nunca suenan bien esos comentarios. —le responde a su hermano y luego se dirige a mí— ¿Vos querés ir a la parte honda?

— Me voy a ahogar.

— Yo te ayudo, me tiro primero y te espero ¿dale?

— Sí.

La primera vez que algo no nos sale mal, pero tengo que agarrar de sus hombros.

— ¡Bien! ¿Viste? No necesitas los mogumbos, ni los comentarios pelotudos.

— Gracias, no me sueltes.

— Jamás —me da un beso.

Después de la piscina volvimos a la habitación. 

— ¿A la tardecita salimos un rato a caminar en la orilla?

— ¿No tocan hoy?

— No, hoy me tenes para vos.

— ¿Sale siesta?

— Estoy re cansado, no puedo negarme a dormir en los mogumbos.

— No seas tarado.

— Gracias por hacerme el aguante con la gira.

— No es nada, me gusta.

— Estás más cansada que yo. 

Después de sacarme una foto con Gastón dormido, me dormí también. Mientras, Male y Guido miran películas de terror, Mel y Patricio duermen, al igual que nosotros.

Me desperté y Gastón aún dormía, pero no tardó en despertarse.

— ¿Por qué sos tan lindo cuando dormis? —Me responde con una sonrisa y me abraza para seguir durmiendo, pero a rato se vuelve a despertar.

— ¿Qué hora es?

— Como las seis ¿Por?

 Ahora me levanto y salimos un rato.

***

El agua fría rodea nuestros pies, que pisan la arena mojada.

— Saquemenos una foto con el mar de fondo. 

— O se la pedimos a esos que están allá.

— ¿Me jodes?

— No, boluda, nos están sacando fotos, vamos a ahorrarles las especulaciones —me toma de la cintura, con una mano y con la otra me acomoda el cabello, se inclina, lo tomo de los hombros, nos besamos, a propósito. Se sentía bien que todo el mundo lo sepa. 

Al día siguiente explotaron las redes. Gastón subió las selfies que nos sacamos en el mar y yo la selfie que el está durmiendo, la subí a mi instagram, aumentaron mis seguidores, recibí mensajes terribles y otros lindos, le di like a todos los últimos.

Después se repitió lo mismo con las chicas, nos descubrieron a todas.

El último día disfrutamos de la playa todos juntos.