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-Hoy tiene que ser un gran día, Summer - me decía para auto motivarme.

Vivir como lo hago yo es un poco complicado, tengo que trabajar, estudiar y cuidar de Dylan, mi hermanito pequeño.

-Dy, cariño ven a desayunar. Se te hará tarde para el colegio. - grite mientras servía el desayuno.

-Holaaaaaa Sum, muy buenos días - me dijo cuándo se sentó en una de nuestras bancas frente a nuestra pequeña mesa.

-Muy buenos días Dy, estás listo para ir al colegio?-Le pregunte mientras metía una cucharada de cereal en mi boca.

-Si, hoy tendré un gran día, igual que tú. - me dijo sonriente.

-Entonces vámonos Dy- le dije mientras cogía su pequeña mochila.

Mi hermanito, era parecido a mí. Muchos creían que era mi hijo pero la triste realidad era otra. Cuando tenía 14 años nació mi hermanito, lamentablemente mi mamá no salió bien del parto, aunque ese momento nadie se dio cuenta.

Cuando mi pequeño hermano cumplió 3 años, le fue detectado a mi madre un pequeño bulto en el vientre, consecuencia del parto. No fue largo el período de sufrimiento, ya que un par de meses después, falleció.

Me quedé con mi hermanito de 3 años sola, yo aún era menor de edad pero no podía permitir que nos separarán, así que vivimos por medio año escapando de las asistentes del seguro social.

Actualmente, alquilo un pequeño cuarto, en el centro de la ciudad. Mi hermano estudia en un colegio del estado, donde la educación no es muy buena, pero es mejor que nada.

Yo me encuentro trabajando en la correspondencia, y estudio por las noches. Estudio idiomas, quiero que mi hermano conozca todos los lugares que quiera junto a mí. Todo lo que le enseñan en la escuela.

-Dy, vengo por ti como siempre a la hora de tu salida, no te vayas con nadie eh. Te quiero mucho. - le dije mientras le daba un pequeño beso en la mejilla y suavemente lo empujaba a las puertas de su colegio.

-Está bien Sum, yo te esperaré aquí. - Me dijo mientras lo veía desaparecer en la puerta de su colegio.

"Bien, ahora a trabajar se ha dicho" pensé mientras caminaba hacia mi trabajo.

Definitivamente, mi trabajo era el mejor. No ganaba mucho, pero era lo suficiente para mantenernos sanos y salvos día a día.

-Buenos días Tyler, ya estoy aquí! - Grité para que Tyler me escuchará, él siempre está metido entre la correspondencia, clasificándola.

-Hey Summer, ya tengo listo tu paquete. Zona de siempre. Pero, hoy como nunca tienes que entregar a la gran casa de los Sylkers.

-Woww, creí que nadie vivía ahí. Esa casa parece más abandonada que la casa de Drácula. - le dije mientras ambos reíamos.

-Si terminas temprano, puedes venir que hoy tengo unos sobres extras. - Me dijo, guiñando un ojo.

-Sería, genial ganar un dinero extra. Si termino antes de tener que ir por Dy, regreso. Nos vemos. - Le dije mientras salía rápidamente de la oficina.

Realmente quería ese dinero extra para comprarle un par de zapatos nuevos a Dy, los suyos ya están muy gastados.

Rápidamente comencé a caminar hacia mi zona. La zona en la que siempre entregaba era la residencial en la que vivían los más ricos de la ciudad, incluidos los Sylkers.

Los Sylkers, son una familia muy rica, se dice que sus dos miembros, padre e hijo, jamás están en el país. Por lo que siempre que hago mis entregas nunca había una para esa casa, bueno así era hasta hoy.

Para mi suerte la oficina no quedaba lejos de mi zona, o eso sentía yo, digamos que estoy acostumbrada a caminar bastante.

-Buenos días señora Harrison, traigo su correspondencia- dije a través del intercomunicador.

-Hola hijita, ya bajo. Tengo algo para ti, espérame. - Me respondió.

"¿algo para mí?, eso es raro" pensé

- Hijita, mira he preparado esta torta para Dylan, espero les guste, estoy aprendiendo a prepararlas. - Me dijo mientras firmaba el cargo de su correspondencia.

-Woww muchas gracias señora Harrison no tenía por qué molestarse. Seguro que esta delicioso, ustedes es una mujer muy buena, muchas gracias a Dylan le encantará.- Le dije, esa señora era tan buena con Dy y conmigo.

-De nada hijita, mañana nos vemos y me cuentas que les pareció. - Me dijo mientras se adentraba a su hermosa casa.

-Claro que si señora, muchas gracias nuevamente. - le dije mientras iba hacia la siguiente casa.

La señora Harrison era un amor de persona, siempre tan generosa. Todas las personas que vivían por aquí y con las que he tenido suerte de toparme han sido muy generosas conmigo.

No entendiendo porque dicen que los millonarios son maleducados o malvados. Las familias Smith, Harrison, Sprouston, Canterbury, Kent, Devine, Homely, Evans eran muy lindos conmigo, los únicos que a veces no son muy agradables son los Jenner.

Con los Sylkers nunca he tratado, y según lo que me contó Tyler, nadie nunca trata con ellos porque tiene empleados que reciben todo cuando tienen correspondencia.

-Señor Devine, su correspondencia. - grite cuando lo vi en su jardín, cortando el césped.

-Hola Summer, ¡buen inicio de semana!- me dijo mientras recibía su correspondencia.

-Sí, excelente como siempre señor Devine. Tenga un buen día y póngase un sombrero, no se vaya a insolar. - le dije sonriendo mientras iba a la siguiente casa.

Solo me correspondían 10 casas, si, muy pocas. Eso es porque las casas están muy lejos entre ellas, muy muy lejos. Me demoró por lo menos 20 minutos para llegar de una a otra.

Continúe mi trabajo, hasta que me quedo solo la correspondencia de la familia Sylkers. Raramente, cuando estaba en la casa de los Jenner, que está justo enfrente de la casa de los Sylkers, sentí una fuerte mirada sobre mí.

Voltee a mirar a todos lados, creyendo que podría ser August, el menor de la familia Jenner que siempre está molestando mi existencia, pero él no estaba en ningún lado, fue muy raro.

Acomodando todos los cargos de la correspondencia que ya había entregado toque el intercomunicador de la gran casa.

-Sí, buenos días ¿en qué puedo ayudarle? - me respondió alguien a través del intercomunicador.

-Muy buenos días, soy Summer Dicharson, y traigo la correspondencia para el señor Des Sylkers.- le respondí.

-Un momento señorita, ahora salgo a atenderla- dijo la voz.

"Uhh que casota" pensé mientras veía como la gran puerta se abría frente a mí.

-Muy buenos días señorita, soy Carl Patterson, mayordomo de la casa y yo firmare el cargo. - me dijo el señor, él era muy serio.

-Buenos días señor Patterson, estos son los sobres que llegaron, solo tiene que poner su nombre aquí y aquí. Y luego firma aquí. - le dije mientras le explicaba lo que tenía que hacer. Política de la empresa en la que trabajo.

-Listo, ¿eso es todo, señorita? - me dijo el señor que seguía serio.

-Sí, señor. Por cierto tengo una rica torta ¿desea un poco?- le dije sonriente.

- Hey tú, ¿A todos le dices eso? ¿Tan fácil te ofreces?


La Chica De La CorrespondenciaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora