*toc toc*
-¡LARGO DE AQUI CARL, NO QUIERO VER A NADIE!- le grite al maldito mayordomo.
-joven, por favor, necesito que me habrá para poder ayudarlo. - dijo con esa voz que muchas veces me hizo sentir que él era mi padre.
-¡QUE TE VAYAS! CUANDO TE NECESITO TE LLAMO. - le grite y escuche como resignado se marchaba.
Hoy no era un buen día definitivamente, después de la gran fiesta que tuve ayer no esperaba un día como hoy.
Mi padre se había enfadado conmigo por haber hecho una gran fiesta, pero eso a él no debería importarle. Él sabe que siempre las hago, pero no tenia que venir a arruinar mi fiesta.
Lo odio tanto, no me deja ser feliz. Lo odio por tener a su estúpida novia que siempre está pendiente de él. Por su maldita culpa yo no tenía a mi madre.
En realidad yo no tenía a nadie, nadie estaba para mi cuando me sentía solo y triste como ahora.
-NO NO NO! - grité
Otra vez esta maldita sensación de soledad esta llenando mi alma, no quiero que pase hoy, no otra vez por favor.
Pero ya era tarde, las lágrimas y la sensación de ahogo estaba en mi, corrí al rincón más cercano de mi habitación, me senté y abrace mi cuerpo mientras lloraba desconsoladamente.
Me jalaba el cabello desesperado, me sentía morir, sentía que no podía más. El aire me faltaba, la habitación se hacía pequeña para mi.
Después de unos largos 30 minutos aproximadamente mi sensación de angustia y pánico se fue transformando. Poco a poco la ira se inflaba en mi pecho.
Me levante rápidamente furioso.
-TE ODIO, MALDITO DESGRACIADO TODO ES TU CULPA - gritaba mientras tiraba todas las cosas que estaban sobre mi velador.
-DEBERIAS HABER DEJADO QUE MAMA ME LLEVARA, SERIA FELIZ CON ELLA. - seguí con todos mis pequeños coches coleccionabables.
-NO ME ESTARIA VOLVIENDO como tu... - poco a poco fui bajando la voz, dándome cuenta de lo que había dicho.
Eso no era cierto, yo no me convertiría en él, yo no sería como él. Sentí como la rabia otra vez invadía mi cuerpo y con rapidez me acerque a la ventana para romperla de un solo golpe proporcionado por mi puño.
A solo 2 centímetros de distancia entre mi puño y el vidrio de mi ventana pude observar a una chica. Era castaña, un poco bajita y parecía estar muy feliz.
Llevaba unos shorts y una simple polera. Se notaba que no era igual a todas las chicas. Que solía frecuentar o que me frecuentaban a mi.
Me quedé observándola largo rato, al parecer le entregaba algo al mayordomo de la familia Jenner.
Cuando terminó, comenzó a mirar por todos lados, como si buscará a alguien. Me escondí un momento y luego cuando vi que continuaba con su camino, salí a mi balcón a mirarla desde allí. Algo en ella me atraía como una imán, pero no sabía que.
De pronto me di cuenta que ella se dirigía a mi casa, la vi tocar la puerta y acomodar algunas cosas mientras Carl le respondía, algo dijo y Carl salio a atenderla.
Me moría de la curiosidad, quería saber que tanto hablaban. Pero no sabía si salir era lo correcto. Pero esperen ¿Qué? Yo soy Nicholas Sylkers, a mi no me da miedo nada y hago lo que quiero.Baje lentamente las escaleras y me encamine a la puerta de entrada rápidamente.
-Si, señor. Por cierto tengo una rica torta ¿desea un poco?- le dijo sonriente.
Woww esta chica si que es rápida, no digo a todas solo les importa el dinero, como vio que Carl ya es viejito creyó que es su oportunidad, pero no yo estoy aquí para detenerla.
-Hey tu ! ¿a todos les dices eso? ¿Tan fácil te ofreces? - le dije con desdén.
Ella parpadeo repetidas veces - ¿disculpe? - me respondió.
-Joven, será mejor que me espere adentro. Yo me encargo de la señorita y - Carl comenzó a hablar, pero ahora me importaba poco lo que decía, me había perdido en la mirada de esa chica.
-No Carl, esta es mi casa y yo hago lo que quiero y tú - dije dirigiendome otra vez a la chica de preciosos ojos- te hice una pregunta. -
Su suave mirada de curiosidad cambio repentinamente, ahora su semblante era serio - no tengo porque responderle nada a usted, no trabajo para usted y no tiene derecho a tratarme de esa manera ni a mi ni a nadie, es un grosero. ¿Cree que porque tiene dinero es mejor que cualquier otra persona? Esta muy equivocado, no todo en esta vida se compra con dinero y mucho menos con la actitud que usted tiene. Con su permiso, adiós señor Carl, usted es un buen hombre y me agrada a pesar de recién conocerlo pero espero no volver a venir por acá y mucho menos cruzarme con este patán con aires de rey. - se giro y comenzó a a caminar.
-Pero ¿que te haz creído tu muchacha?- grité pero ya era demasiado tarde, ella estaba muy lejos y si me escucho solo me ignoró.
-Carl, ¿Quién es ella y por qué estaba aquí? - Le dije molesto a Carl.
-Joven ella es la señorita Summer y se encarga de entregar la correspondencia - respondió el mientras emprendía su marcha hacia la cocina.
En serio esa chica me había dicho todo eso? No podía creerlo ¿es que acaso no sabe quién soy?
-joven Nicholas, es hora.
-Si- suspire, ya estaba acostumbrado a esto, aunque aún dolia- allá voy.
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La Chica De La Correspondencia
Random«Más importante que el dinero, es el amor» - Summer Dicharson Obra registrada en Safe Creative. Código de registro: 1510225598187