Última Sesión

39 7 3
                                    

Vuelvo a ser incapaz de descansar por las noches. No puedo quedarme dormida dentro de la pesadilla. Y es que me paso toda la noche en tensión. Desde la sesión pasada mi cuerpo se pone a caminar cada noche. Al principio estaba diez minutos fuera del dormitorio y luego volvía para meterse en la cama. Pero los minutos se iban alargando, y esta mañana me he despertado sentada en el sofá. He puesto una cámara como usted me recomendó y ésta, efectivamente, me ha grabado cada noche. Gravaba exactamente lo que yo soñaba. A mi cuerpo no le importaba ser grabado. Es más, en un par de ocasiones sonreía mirando al objetivo.Estoy aterrada. No le voy a mentir, después de esta sesión voy a ir a ver a una médium. ¿Y si no se trata de un sueño? ¿Y si esa muñeca en realidad...?(fin de las sesiones)

***

Esta noche mi cuerpo no se ha levantado de la cama. Siguió durmiendo hasta que sonó la alarma. Pero cuando sonó, yo no me desperté. Desde el estante pude ver cómo mi otro yo se levantaba perezosamente de la cama y se arrastraba al baño.Me fui de casa, pude oír cómo cerraba la puerta, pero seguía sin despertarme.Volví a casa por la tarde y aun seguía "dormida".Mi cuerpo se metió en la cama y yo seguía ahí parada, en el estante.

Los días pasan. Yo sigo en el estante. ¿Cuándo se acabará esta pesadilla?

***

60 años después

- Hola - dijo la anciana.

- ¡Hola abuela! - dijo el niño.

- Hola mamá, ¿cómo te encuentras? - preguntó la mujer.

La anciana rió

- Pues bien, dentro de lo que cabe... Llevo ya un mes en el hospital. Ya estoy cansada de permanecer en cama todo el tiempo. Tengo ganas de salir, ¡de correr!

- El médico dice que, si todo va bien, en una semana ya podrás levantarte de la cama - comentó la mujer - aunque no creo que correr...

- ¡Una semana! - se lamentó la anciana - Eso es mucho tiempo...

- ¡Mira abuela! - exclamó el niño - ¡Te hemos traído lo que nos pediste!

- A ver a ver... ¡Oh! Muchas gracias, me has traído mi preciada muñeca. La he echado de menos.

- ¡Sí que te gusta esa muñeca, abuela!

La abuela rió

- La quiero muchísimo. Cuando me muera, quiero que me enterréis con ella. Por que ya sabéis que mucho tiempo no me queda...

- ¡Pero qué cosas dices mamá!

La abuela rió de nuevo.

La anciana rió de nuevo.

Mi otro yo rió de nuevo

***

Mi cuerpo ha muerto. Hará unos días fue enterrado.

Yo, atrapada en esta muñeca, soy testigo de su descomposición.

Mi cuerpo ha muerto. Entonces, ¿por qué sigo aquí?

Otra Historia de MuñecasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora